domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Y si ya no "resueno" con él?

Cuando vivimos pensando y creyendo que somos seres infelices y que nuestra vida es triste porque así es lo que nos tocó desde que nacimos, atraemos personas que nos reafirmen esa creencia. Nuestro ser, todas nuestras células están inundadas de victimismo. Lo único que conoce nuestro cuerpo es el maltrato psicológico, físico, económico etc. etc. 

De pronto algo llega a tu vida y la transformas. Despiertas del largo sueño en el que vivías. Dejas de ser víctima. Cambias tú. No cambias a todas las personas que están en tu entorno, trasciendes esos programas de sumisión con los que naciste y creciste y te sientes diferente. Eres un ser distinto al que eras cuando elegiste a tu pareja,

Intentas hacerle entender que ya no eres la misma. Que ya no vas a permitir que haga cosas que te lastimen e intentas por todos los medios salvar la relación.

Sin embargo hay algo que no te lo permite. A pesar de todos los esfuerzos que hagas, de toda la paciencia que puedas tener no logras sentirte bien de nuevo con tu pareja. Cuando conectamos con alguien, resonamos con esa persona. De manera positiva o negativa. Es como si tu esposo o esposa fuera un espejo donde proyectamos toda nuestra "sombra", lo que no decimos, lo que no queremos ver, lo que nos lastima, lo que reprimimos.

Por eso se atraen. Por eso hay "química" entre ustedes. Tantas veces que vemos parejas que son totalmente distintas, y no nos damos cuenta que son idénticas, sólo que su polaridad es diferente, una mujer con baja autoestima tiene una polaridad sumisa por ejemplo, y un hombre con baja autoestima también, puede tener una polaridad de maltratador.

En el momento en el que tomas consciencia y despiertas, ya no resuenas con esa persona. Tus células y las de él no hacen "click". Es como si de la noche a la mañana te hubieran cambiado de marido. Es una persona totalmente diferente y te desconciertas. Él no cambió. Cambiaste tú. Y al hacerlo transformas por arte de magia todo tu entorno.

Cada una sabe qué hacer. Todas somos distintas y a estas alturas de cambio cada quien sabe que es lo mejor para seguir trascendiendo esos programas y creencias que nos limitan y nos enferman. Sólo te puedo dar un consejo, ¡haz algo! lo que sea. Quedarte inconforme o frustrada mermará enormemente tu toma de consciencia.

Tomar una decisión que traiga paz y tranquilidad a tu vida es la solución. Solo tú sabes que necesitas y con qué situación vas a estar feliz.

Haz algo...



                                                                                       Sinceramente

                                                                                     Mariana Oropeza
                                                                         Especialista en Bioneuroemoción®

lunes, 21 de noviembre de 2016

Cuando el amor duele

Tu esposo o tu novio te dicen que te aman. Te llena de detalles y es increíble estar con él. Te gusta mucho y te sientes afortunada por tenerlo a tu lado, por que te haya escogido a ti como pareja teniendo tanta mujer cerca que moriría por andar con él.

Tiene algunos defectos pero no importa, te dice todos los días que te ama. A veces es impulsivo, actúa por instinto y te grita por cualquier cosa, es que seguramente trabaja mucho y tiene mucha presión. Tienes que entenderlo porque tú eres lenta y el se desespera porque no haces rápidamente las cosas que te pide.

Te humilla delante de los demás, se burla de tu manera de comportarte o de cómo hablas o cómo comes, cuando están en un restaurante o en casa de algunos amigos, pero lo hace por tu bien. Es para que seas mejor persona y te comportes a su altura, como alguien que el merece por lo bueno y educado que es.

Cuando se te olvida algo, o cometes un error, se sale de control rápidamente. Explota y te manotea, estén o no solos. Es que quiere que no tengas errores ¿verdad? quiere que no sufras después por eso te enseña a hacer las cosas bien.

Se te ocurre trabajar en algo sencillo para tener un dinero extra para ti, y se burla de lo que piensas hacer, pero tiene razón, una vendedora o una maestra no están a su altura. Se burla para enseñarte y empujarte a que te esfuerces más y decidas hacer y trabajar en algo con más categoría.

¿TE SUENA CONOCIDO? ¿TE SIENTES IDENTIFICADA CON ALGO DE LO ANTERIOR?

¡DESPIERTA!¡ABRE LOS OJOS!

Nada, absolutamente nada justifica a tu pareja para que te humille, te grite, te ofenda ni mucho menos te jaloné. Deja de justificarlo. Deja de defenderlo. Solamente ves y cuentas las veces que dice que te ama, y de ahí te agarras para esconder todas las demás veces que te lastima. 

Haz un ejercicio, escribe en un papel las veces que tu pareja durante el día te dice algo que te haga sentir mal. Te darás cuenta que son demasiadas las veces que lo hace. Busca ayuda, no lo permitas más.

La costumbre y el amor ciego te ha hecho creer que es normal que te trate de esa manera y no es así, no es justo, no lo mereces.

Mereces que te ame como él tanto te lo dice y que te lo demuestre, pero con cosas que te hagan sentir bien, no con gritos y humillaciones. Ya basta de vivir así, siempre hay alguna persona dispuesta a ayudarte, valórate y sé feliz.

                                                                                     Sinceramente

                                                                                         Mariana

                                                                      Especialista en Bioneuroemoción®


miércoles, 2 de noviembre de 2016

Todo lo puedes lograr

De pequeños nos "instalaron" programas igual que se los instalas a tu computadora. Con cada frase que escuchamos, con cada reacción y actitud de parte de nuestros papás y de las personas que tenemos cerca vamos formando nuestro "disco duro".

Todo lo que nos pasa es el reflejo de ese conocimiento previo a que tuviéramos uso de razón, antes de los 6 o 7 años de edad. A veces no sabes por qué eres de una u otra manera. No sabes por qué a todos les va bien en su trabajo menos a ti. No entiendes por qué de diez hermanos tu fuiste el que "heredó" el cáncer del abuelo, piensas "me hubiera dejado mejor dinero en lugar de esta enfermedad tan fea".

Es imposible dejar a ese novio que tanto te maltrata y te humilla, sabes que no es normal que te trate así, pero no puedes abandonarlo. Mueres de ganas por pedir un aumento de sueldo, un puesto mejor en tu empresa o decirle a esa chica que la amas, sin embargo hay algo que te impide atreverte a hacerlo... son tus creencias.

Desde el momento de tu concepción inició tu programación. Carencias, dolencias, enfermedades, maltratos, (claro que todo lo positivo igual se graba, pero no creo que haya nadie que quiera cambiar cuando su vida es fabulosa así que nos enfocaremos sólo en las situaciones y asuntos que queremos cambiar y que no nos dejan avanzar), si tu mamá estaba feliz, tú estabas feliz, si tu mamá sufrió tristeza, igualmente la padeciste tú, tal vez eres una persona melancólica que se deprime fácilmente y no sabes por qué... así es ella, dice tu mamá.

En el trabajo a todos les va bien. Es la misma empresa y pareciera que a ti se te carga todo el  trabajo. Tus compañeros suben de puesto con tanta facilidad, tal vez pienses que ni siquiera se lo merecen y a ti te a costado tanto subir peldaño por peldaño.

¿Sabes que si escuchaste en tu niñez a tu papá decir una y otra vez que el dinero sólo se obtiene con el sudor de tu frente, lo único que obtendrás es demasiado trabajo que te haga sudar la gota gorda para poder ganar dinero? Jamás vas a tener un trabajo fácil y bien pagado, no está en tus circuitos neuronales, tus células no saben que existe el trabajo fácil, que te encante hacerlo y que te paguen mucho dinero. Tampoco te vas a ganar la lotería, ni recibirás una herencia. Hasta que no cambies esos programas tu vida será igual a la que conociste de niño...

¿Has conocido jóvenes que provienen de una familia muy humilde y triunfan en la vida?
Son grandes empresarios, o son artistas, o son escritores afamados y además les va muy bien en el amor.  Ellos se dieron la oportunidad de elegir su futuro. CREYERON que todas las posibilidades de lo que quisieran ser estaban a su alcance. No les importó que su familia fuera humilde, ignoraron el que su papá les dijera que ellos siempre iban a ser humildes porque en su familia todos eran así. 

Por supuesto que nadie quiere ser pobre, o sufrir por amor. Todo es a un nivel inconsciente. Por más que digas, pidas y reces, si a nivel inconsciente es difícil conseguir ese trabajo, así será... difícil. El inconsciente y toda su programación es mucho más poderoso que el consciente. 

¿Y cómo descubrimos si tenemos programaciones que nos limitan?
Es muy fácil. Sólo ve a tu alrededor, echa una ojeada a tu entorno y ve si te gusta, si estás satisfecho, si ya no quieres más, si ya no quieres algo diferente. Si te quejas de que a todos les va bien menos a ti, si te quejas de que todos están sanos menos tú. Si no encuentras al amor de tu vida...

La única manera de cambiar nuestro inconsciente sin acudir a un especialista en alguna técnica que te ayude a cambiar tus creencias, es por medio de los hábitos. ¿Te acuerdas cómo educaste a tu perrito para que no mordiera? o ¿cuando entrenaste a tu hijo o hija para que aprendiera a ir al baño? se tiene que hacer un hábito. Y te acuerdas que pasa cuando te daba flojera un día llevarla o llevarlo al baño o castigar a tu perrito para que no mordiera? Claro, había que volver a empezar. 

El chiste de hacer hábitos es no desistir ni un sólo día. Entrenar a la mente es lo mismo. Tenemos que hacer conscientes todos nuestros pensamientos que nos limitan. Todas nuestras actitudes que no nos dejan avanzar y no sabemos de dónde provienen. 

Tenemos que estar muy atentos a lo que decimos. Es estar alerta siempre, decir "no tengo dinero" "odio trabajar"  "es muy difícil aprender inglés, "yo no subiré nunca de puesto porque nunca he tenido suerte, te limita y te marca para toda la vida.

La suerte no existe. El futuro te lo forjas tú. Cambia tus pensamientos, cambia tus creencias y proyectarás todo totalmente diferente. Todas merecemos un gran futuro.

                                                                                      Sinceramente

                                                                                         Mariana
                                                                       Especialista en Bioneuroemoción®







martes, 18 de octubre de 2016

La mejor solución para lo que sea, NUNCA es un hijo.

Nos urge casarnos, conquistar a ese guapo compañero del trabajo para que al fin se decida a pedirnos matrimonio... tu solución: ¡Un hijo!
Tu esposo sale mucho de fiesta, se va con sus amigos y te deja sola muchas noches porque no te invita a salir con él... tu solución: ¡Un hijo!
La relación con tu esposo es muy tensa tienen demasiados problemas y él anda muy distante de ti... tu solución... ¡Un hijo!
Tu hijo o hija se aburre mucho, o ya no puedes controlarlo, ya no sabes que hacer con él, nunca se cansa y sus berrinches te tienen hasta el gorro... tu solución: ¡Otro hijo!
Tu matrimonio ya dio lo que tenía que dar, ya van algunos años y cada vez ambos se aburren más... tu solución: ¡Un hijo!
Te sientes sola, el reloj biológico sigue avanzando y necesitas a alguien que te cuide cuando seas grande, tu solución: ¡Un hijo!
Tu esposo te dijo que ya no quiere seguir contigo, que quiere el divorcio, y tu solución para que no se vaya es: ¡Un hijo!
Tu esposo te fue infiel, ella sí tiene hijos y tú no, así que la solución es... adivinaste: ¡Un hijo!
El dinero no alcanza , el trabajo es demasiado, los problemas surgen por todos lados, lo más fácil de hacer en ese momento para salir de la rutina es: ¡Un hijo!

Los hijos jamás van a solucionar nada que no sea el que una pareja quiera tener un bebé de común acuerdo, para amarlo, educarlo, y que cuando sea adulto  tenga una vida libre y tranquila. Sin culpas, sin programas, sin objetivos de vida que lo marcan desde antes de nacer.

Los niños no son soluciones, son seres humanos indefensos y sobre todo  no piden venir al mundo a sufrir a una casa llena de gritos, infidelidades, carencias y maltratos.

¡SÉ RESPONSABLE!
No involucres bebés en tu vida si no estás en una situación estable, fuerte, tranquila, con paz. Todo llega a su tiempo y apresurar las cosas sólo causa mayores conflictos de los que ya hay a tu alrededor.

Pregúntale a quien quieras, a nadie le ha funcionado esa solución, tal vez un año, dos o tres. Después el infierno se hace más y más grande...
                                                                                       Sinceramente

                                                                                           Mariana

                                           


domingo, 2 de octubre de 2016

Me siento tan sola...

Hay días que parece que hablamos un idioma extraño. Nadie nos entiende, no comprenden lo que queremos o lo que sentimos. Nos sentimos tan solas. Llenas de voces, de trabajo, de quehaceres en la casa, de hijos, de esposo, de amigos, pero solas.

Ni siquiera nosotras sabemos lo que realmente sentimos, lo que realmente queremos. No sabemos si lo que tenemos es enojo o tristeza. No queremos que se vayan los demás pero tampoco queremos tenerlos cerca. Nos empiezan a llegar dolores físicos porque todo esos sentimientos fluyen y se transforman en dolor.

Lo peor que nos pueden decir es "estás loca", vas al doctor y su diagnóstico es "tiene usted estrés", "relájese y tome las cosas con calma para que se sienta mejor". ¿Cómo me relajo? ¿Qué es tomar las cosas con calma? ¡Relajarme de qué! Ni siquiera sé qué es lo que me está causando está ansiedad, este miedo, este desgano, esta soledad...

Te vuelves sensible y vulnerable, o todo te irrita o todo te hace llorar. Quisiéramos tener una goma mágica para borrar y volver a dibujar a las personas en el momento que nosotras queramos ver o desaparecer. 

Cualquier problema se hace enorme e imposible de resolver. Las noches en vela son eternas y los días cortos, no hay tiempo que alcance para hacer todo. Todos están en nuestra contra y nos sentimos tan solas...

Cuando me veas así, cuando me veas triste, cuando ni yo te sepa explicar que tengo, sólo abrázame, tal vez eso sea suficiente para que al otro día todo amanezca mucho mejor...


                                                                                                     Sinceramente

                                                                                                          Mariana



domingo, 18 de septiembre de 2016

Me quiero casar... ¡y tengo 40!

Nuestro sueño, al igual que el de muchas otras mujeres es casarnos. Hemos tenido uno o dos novios en serio y no se dio la relación; por alguna u otra razón no ha llegado el tan esperado "príncipe azul", ha pasado el tiempo y han desfilado por el altar enfrente de nosotras casi todas nuestras amigas, ya tenemos 40 y ni siquiera tenemos novio...

Te vienen mil pensamientos a la mente y a veces te rindes a tu realidad, dices: ¡ya, basta, nunca me casaré, lo dejaré por la paz! y otras veces te levantas con toda la actitud para empezar de nuevo y seguir soñando con ese día tan especial para vestirte de blanco junto al amor de tu vida.

Por muchas razones alguien de 40 no encuentra pareja para casarse, en esta ocasión sólo vamos a platicar de nuestras exigencias. 
Desde pequeñas nos enseñaron lo que valemos y lo que merecemos, hemos estudiado demasiado y también hemos invertido mucho en nuestra belleza física ¡Nos merecemos un Príncipe guapo y  obviamente rico!

Sin embargo así no funciona la vida, no hay catálogo de hombres ni de mujeres donde podamos escoger. Simplemente atraemos lo que somos, resonamos con alguien y no nos damos cuenta que él es el indicado porque nuestras expectativas son demasiado altas. Nos fijamos en lo que van a decir los demás. Como niñas de secundaria no podemos andar con un feo, o con un bajito, o con un gordito o con un flaquito, ¡nunca jamás! 

Queremos un modelo de revista, elegante, detallista, con dinero, culto, que sepa bailar, que sea espléndido etc etc. Nos quedamos en la época donde sólo la apariencia física importa, donde el buen esposo es como el que sale en las novelas de la tele. Exigimos y exigimos y se nos está yendo el tiempo por tanto esperar.

El amor a los 40 es un amor inteligente, maduro, lleno de experiencias buenas y malas para compartir con la pareja, lleno de aprendizaje y tranquilidad. Voltea a tu alrededor, baja la portada de la revista que tienes de ejemplo para encontrar a tu esposo y ve tu realidad, ve qué estás dispuesta a dar tú primero, empieza por amarte sin fanatismo, sin estar subidas en un pedestal inalcanzable por ningún hombre a menos que sea el príncipe de la Bella Durmiente. 

La felicidad es para todas y si te quieres casar, sigue soñando... siempre consciente... siempre feliz.

                                                                                                Sinceramente
                                                                                             Mariana Oropeza






domingo, 4 de septiembre de 2016

¿Para qué nos casamos?

Nunca nos preguntamos para qué nos queremos casar. Es normal y todos lo hacen. Es lo que sigue después de ser novios. Sin embargo antes de decir "sí, acepto" debemos preguntarnos ¿para qué?

Algunas mujeres se casan pensando en tener hijos, esa es su finalidad. Por supuesto, la pareja se embaraza inmediatamente y se vuelven papás de por vida, el amor lo dejan de lado, lo único que importa en su mundo son los hijos. Probablemente el esposo sea infiel, porque la esposa no le hace caso, no lo atiende o siempre está cansada de cuidar tanto a los niños.

Algunos más se casan para tener una casa, un coche y un hogar. Otros más se casan para salirse de su casa. Sin saber claro está que en muy poco tiempo también van a querer huir de esa nueva casa. Los conflictos los andan cargando con ellos y al lugar que se muden se los llevarán en la espalda.

La mayoría ni siquiera sabe para qué se va a casar. Ahí se irá dando poco a poco la relación, claro, hasta que poco a poco se acabe también, y se divorcien. Herencias, prestigio, comodidad etc. etc. Muchas son las razones conscientes o inconscientes para llegar al altar.

El problema no es ese. El problema es, que cuando cumples tu meta ya no tienes para qué seguir junto a esa persona. Si te casas para tener hijos, cuando los tengas,  ya no hay motivo para seguir juntos, los que sueñan con una casa y un coche cuando los tengan ya no queda nada más por hacer. Los que quieren un hogar, cuando lo forman ya no hay razón para seguir. Los que se casan para salirse de su casa cuando están fuera de ella ya no hay más por hacer.

El primer paso para llegar al matrimonio es responderte esa pregunta tan importante. Cuando la respuesta sea a largo plazo, cuando compartir, convivir, crecer, madurar, amar, servir, complacer, sean parte de tu respuesta entonces da ese "sí" tan esperado. La trillada frase "hasta que la muerte los separe" se ha convertido en sólo eso, una frase que se dice al final de una boda. No le damos la importancia que debe y no reflexionamos para ver si realmente la podemos cumplir.

El matrimonio no es para todos y no es a fuerza que te cases. Cuando tienes un objetivo de vida, una meta a muy largo plazo y en común con tu pareja, todo fluirá y podrán ser "felices para siempre".

                                                                                                               Sinceramente

                                                                                                                  Mariana






domingo, 21 de agosto de 2016

"Los hombres son unos desgraciados"

Has visto a la mayoría de los hombres, no a todos, me ha tocado ver caballeros que toman de pretexto a la ex y su dolor,  para no trabajar, para tomar demasiado alcohol, para sufrir y ser víctimas de la ex novia toda su vida, pero bueno, esa será una historia para otro día. Retomando el tema, ¿has visto a los hombres qué fácil superan un divorcio, una separación?
 
¡Es indignante! Diríamos la mayoría de las mujeres. ¡Apenas van dos meses de que se divorció! ¡Qué triste, sólo va un año que falleció su esposa! ¡Lo dejé hace un mes, ¿cómo que ya tiene novia?!
 
Si te pones a pensar con objetividad, ellos están en lo correcto. En ningún lado está escrito cuánto tiempo es el debido para iniciar una nueva relación después de una separación. Todo está en el juicio de los demás, en la creencia de "qué van a pensar de mi, si no le doy suficiente tiempo de tristeza".
 
Si hacemos cuentas, cada día de llorar, de enojarse, de hacer un luto, de sufrir, de amargarse, son días perdidos, absolutamente perdidos. Mi padre Dios no nos va a premiar llegando al Cielo por haber llorado más o menos por alguien. A la gente y sobre todo a la que ni nos quiere es a la que según esto "debemos respetar" y quedar bien. Evitar que hablen de nosotras y que no piensen que somos malas o mujeres "fáciles". Así no funciona el asunto.
 
Incluso hay personas en los funerales que están estoicas. Enteras, están tristes si, pero no deshechas. He visto gente murmurar " ay mira, no llora" "mira, se me hace que no lo quería tanto" "se me hace que hasta gusto le da ¿verdad?"
 
Aceptar una separación, aun con su grado de dolor, integrarla a nuestra vida es vital para dejar ir a la persona y seguir nuestro camino. Cuando estamos en paz, cuando sabemos que hicimos lo correcto, cuando nuestra alma y nuestra mente están tranquilas, lo superamos más fácil.
 
Solamente pregúntate, ¿Para qué le lloras a un exnovio? ¿Para qué sufres toooooodos los días por él? Ni siquiera te ve llorar. Yo no conozco a nadie que haya regresado con alguien porque lloró mucho, o porque sufrió mucho. ¿Te imaginas? Que horror que estén contigo por lástima.
 
Los hombres son objetivos, y saben que ya pasó, que esa relación ya quedó atrás. ¿Y qué hacen? Le dan vuelta al libro y siguen con su vida, valiéndoles un cacahuate lo que la gente va a pensar, y ¿qué pasa? ¡Son felices!
 
Los amigos y la familia terminan por aceptar y querer a la nueva pareja, a la ex la olvidan y todo quedó atrás. En pocas palabras hacen lo mismo que nosotras pero en unos dos o tres años menos. No batallan, no se la complican.
 
Nunca falta la que opine "es que no tienen corazón" "son unos desgraciados" yo no estoy de acuerdo, a menos que él te haya dejado con todo y niños y no les de un peso ni para comer, esa también es otra historia.
 
Dale las gracias por haberse ido antes de casarse, antes de haber tenido hijos y muchos problemas. Qué bueno que terminaron. Es una nueva oportunidad para conocer a alguien que sí te ame y sí te haga sentir bien.
 
Ámate tú primero. Llora lo suficiente para limpiar el dolor y hasta ahí. No llores para que los demás no hablen mal de ti. Sé feliz.
 
                                                                                                        Sinceramente
                                                                                                            Mariana

domingo, 7 de agosto de 2016

¿Para qué estoy embarazada?

Ahora que estás pensando tener un bebé o que tienes pocas semanas de embarazo, puedes hacer mucho más por él que sólo comer sano, acudir a tus citas médicas y descansar. Pensar en concebir un hijo será parte de la personalidad de ese nuevo ser. Al preguntarnos para qué quiero tener un hijo podrás saber la misión a la que viene a este mundo.
 
Si piensas que "necesitas" un hijo para que te cuide cuando seas anciana, si no quieres estar sola, si sólo lo tienes porque el reloj biológico avanza y ya después no podrás tener hijos, si lo tienes para retener a un hombre, para casarte...
 
Todos tenemos un proyecto de vida. Venimos a algo especial al mundo. Nuestra mamá nos ayuda a programar ese proyecto desde que está pensando en concebirnos. Ahora, imagina los hijos de "una noche de copas", los que son un "descuido", "una mala jugada de un anticonceptivo".
 
La mayoría de las mujeres tenemos bebés. Es normal, es biológico. Y como es algo común, no pensamos  lo importante que es el "para qué" nacen. Los primeros tres meses en nuestra panza son vitales. Pensamos que como todavía no es un bebé completo pues no siente, no escucha, no importa si estoy triste, enojada, frustrada, si lloro o grito.
 
Cada vez que rechazas a ese bebé, aunque sea poquito, aunque sea en silencio, se forma un programa de rechazo en su mente, entre más grande sea tu rechazo más fuerte será su programa,  y luego nos preguntamos por qué nuestro hijo es un "rechazado" en la escuela, en el trabajo, en el amor. Si no te sientes protegida, cuidada y amada por tu pareja, él lo siente.
 
¿Sabías que el amor de su padre un bebé lo recibe por medio de su mamá, hasta los tres años de edad?
 
Si odias a tu pareja, si no te gusta estar con él, si te molesta lo que hace, lo que dice, lo transmites a tu hijo. Si el no te quiere, si te ofende, si no está, lo transmites a tu hijo.
Nos preguntamos por qué cada vez hay más niños que necesitan atención emocional, psicológica o especial. Estamos tomando como una necesidad el tener hijos. Ya ni siquiera sabemos para qué los queremos tener. Los tenemos sin ninguna responsabilidad porque es lo que sigue en un matrimonio, porque en las novelas sirven para atrapar a los hombres que no nos hacen caso. 
 
Hacer personas fuertes sin tantos programas mentales que afecten su vida es parte de tu responsabilidad como madre. Tienes una bolita de masa en tus manos, ¡haz que sea un ser humano excepcional!
 
                                                                                                      Sinceramente
                                                                                                           Mariana
(Busca en You Tube videos de Proyecto Sentido de Enric Corbera, te servirán mucho para entender y aprender más, un abrazo)
 
 

domingo, 24 de julio de 2016

La otra versión de la historia

Cuando nos cuentan una versión de alguna historia, empezamos a emitir juicios sin ni siquiera dar el beneficio de la duda a la otra parte del problema o de la situación.  Creemos en esa verdad absoluta y permitimos que la otra persona nos "contamine" con su historia. Damos nuestro veredicto del problema enjuiciando al otro sin escucharlo.
 
¿Y si la realidad fuera diferente?
 
¿Si todo lo que te dijeron no sucedió de esa manera? ¿Si sólo te platicaron la mitad de la historia?
Siempre da oportunidad al otro de expresar su sentir, le "compramos" la idea a la primera persona que nos cuenta su verdad y tal vez no sea así. Amistades que se rompen, lazos familiares, que no importando el parentesco, se deshacen por un simple mal entendido o porque alguien contó primero su historia, matrimonios que terminan en divorcio sólo porque alguien entendió algo a su conveniencia o irresponsablemente hizo un juicio sin pensar y tal cual, lo platicó con alguien más.
 
Empleados que no se pueden defender porque su compañero de trabajo, que tiene más tiempo en la empresa,  le contó su historia al jefe y pues cómo creerle al otro si es el "nuevo".
Algunas personas abusan de su posición. en un trabajo o en la familia, y utilizan la amistad y el cariño de las personas para crear enemistades, y rupturas laborales y sentimentales.
 
Tantas injusticias que se cometen porque a nadie se le ocurre investigar con la otra parte del problema, que fue lo que realmente pasó. Tanto odio generado hacia una persona, la cual no tiene idea de por qué de pronto se quedó sin trabajo o sin amigos. O tal vez ya no lo invitan a las reuniones familiares y no sabe la razón.
 
Si en algún momento de tu vida te toca estar  en la posición de "juez", ofrece el beneficio de la duda a los demás, no compres la primera historia, no porque no conozcas a la otra persona por consiguiente es mala. Todos somos iguales, por lo tanto, todos deberíamos tener las mismas oportunidades de contar nuestra historia.
 
Y si tú en este momento eres el que tiene la sartén por el mango, recuerda que la vida da muchas vueltas. Que en alguna ocasión tu mismo podrás ser el enjuiciado. Decimos que en la otra vida se pagan las cosas que hacemos que no son correctas. Yo creo que en la vida todo se regresa, lo bueno, lo malo, lo congruente y lo incongruente que hagamos.
 
Tratar a los demás como te gustarían que te traten a ti. Si todos al actuar pensamos así, la vida será mejor, más justa...más feliz y tranquila.
 
 
 
                                                                                                    Sinceramente
 
                                                                                                        Mariana
 
 
 
 
 
 

domingo, 3 de julio de 2016

¿Y si no me quiero casar?

Muchas son las novias y novios que no se dan cuenta de lo que están haciendo, hasta que están enfrente del altar diciendo "sí, acepto". Entran en pánico pues en "modo automático" llegaron ahí.
 
Después de tres o cuatro años de noviazgo lo que sigue es casarse. Ya hicieron demasiadas cosas juntos, y "tienen" que pasar a otra etapa. Así debe ser ¿no? No hay razón para terminar la relación, se quieren, se gustan, casi no se pelean, ya pasaron la etapa del nerviosismo, de que te suden las manos y te pongas nervioso o nerviosa porque va a pasar por ti a tu casa para ir a una cita y están en un momento agusto y tranquilo en sus vidas. Nadie ha sido infiel, nadie a ofendido a nadie, las dos familias se llevan bien, entonces...
 
 ¡NO HAY POR QUÉ TEMINAR!
 
No existe una razón por la que puedas decirle a tu pareja: "¿sabes qué? ya no quiero andar contigo, quiero hacer cosas diferentes, estar soltera, y no me quiero casar".
 
Yo tengo varias razones muy valiosas para que no te cases:
 
1. Ya no quieres andar con él.
2. Quieres hacer cosas diferentes.
3. No te quieres casar.
 
Así de simple.
 
Tú sola contra el mundo, pero sí se puede. Si no tuvieras que quedar bien con tus papás, con los papás y la familia de tu novio, con los amigos en común, con los compañeros del trabajo... lo harías sin pensar. Terminarías inmediatamente la relación y no permitirías que los planes de boda siguieran adelante.
 
¿Sabes que cuando te cases, en tu casa sólo van a vivir tu esposo y tú? Ni tus amigos, ni tus papás, ni los de él vivirán con ustedes. Estarás tu solita, "aguantando" el matrimonio que tanto dudaste llevar a cabo y tantas veces en silencio pensaste arrepentirte.
 
No debemos hacer o dejar de hacer absolutamente nada por "el qué dirán". Cuántas  amigas y amigos infelices habrá en el mundo porque se casaron sólo para que la gente no hable mal de ellas, para que el novio no sufra. ¡Se casaron por lástima! Tal vez por eso hay tantas mujeres y hombres frustrados, tristes, enojados, porque no se querían casar y al fin y al cabo, lo hicieron.
 
Es muy fácil:
¿Te quieres casar? CÁSATE
¿No te quieres casar? NO TE CASES
 
Es sólo tu decisión.
 
                                                                                                       Sinceramente
 
                                                                                                           Mariana

lunes, 20 de junio de 2016

Lo que odio de mi novio...

¿Te imaginas a ti misma contándole a tus amigas que te vas a casar y que cuando tu novio y tú vivan juntos en su casa te vas a dedicar a cambiarlo? ¿Que te vas a embarazar pronto para que, por su hijo cambie eso que tanto te molesta? ¿Qué ya que lo tengas bien "amarradito" le dirás sus verdades y que o cambia o se atiene a las consecuencias?
 
¿Nunca lo dirías verdad? Sin embargo, son demasiadas las mujeres que antes de casarse piensan así. No ven la hora de empezar a "moldear y transformar" a su novio en el esposo perfecto para ellas. Obviamente, no lo logran, ni con un hijo, ni con dos o tres más; el asunto se vuelve cada día más complicado para la esposa.
 
Siempre ten presente que lo que no te gusta de tu novio, con el tiempo se hará más y más grande. Si en medio de tanto amor e ilusiones, tanto cariño y días de color de rosa no te gustaba, después entre pañales, trastes sucios, dolores de espalda por el cansancio y niños demandantes llorando  a tu alrededor menos te gustará. Tal vez no es que ese defecto crezca, si no que ahora sin el toque de ternura y romanticismo que tenían en el noviazgo, ya no lo estás dispuesta a tolerar.
 
Creo que no es justo querer cambiar a alguien. Ni siquiera el sujeto en cuestión sabía que odiabas tanto eso que hacía, nunca se lo dijiste seriamente. Nunca le propusiste " o lo cambias, o se acaba la relación". ¿Y ahora que ya viven juntos se lo quieres proponer?
 
Dejar de fumar, de tomar demasiado alcohol, de salir con sus amigas, de trabajar tanto, cambiar sus hábitos de higiene, sus hábitos para comer, para dormir o para vivir. Los hombres no son muñequitos de masa que podamos manejar a nuestro antojo, debemos respetar su manera de ser, sobre todo cuando ya lo conoces lo suficiente al decir "sí, acepto".
 
El matrimonio no es un chiste, el que haya tantas personas infelices y casadas no significa que sea común, que sea normal, el que muchas de tus amigas casadas vivan una batalla diaria para desaparecer ese defecto que tanto odian de su esposo, no quiere decir que así tiene que ser tu relación matrimonial.
 
Para eso es el noviazgo, para que además de disfrutar juntos un tiempo, se conozcan, y entre otras cosas, se den cuenta de qué es lo que están dispuestos a tolerar y qué no lo están. Siempre ten presente que no debes cambiar a nadie, hay demasiados hombres y mujeres diferentes como para querer hacer a alguien a nuestra manera y modo de ser.
 
Respetarnos  y no querer cambiar lo que odias de tu novio, es lo congruente,  estás a tiempo... es mejor dejarlo libre y que él encuentre a alguien que lo ame tal cual es...
 
                                                                                                      Sinceramente
 
                                                                                                          Mariana
 
 
 
 
 

lunes, 6 de junio de 2016

Hacer las cosas con amor...

Hacemos las cosas mal, simplemente porque no nos gusta hacerlas. ¿Has estado en una tienda donde parece que te estuvieran haciendo el favor de atenderte? Vas al salón de belleza y no te está gustando lo que está haciendo la empleada, pero te da miedo interrumpirla porque su cara enojada no da oportunidad de opinar en ningún momento. Las personas que no hacen bien su trabajo te hacen sentir incómoda, a nadie le gusta ver caras largas y mucho menos ir a gastar tu dinero en tiendas donde te atienden mal. 
 
En un restaurante el mesero se equivoca mil veces, cuando compras comida para llevar, llegando a tu casa te das cuenta de que la orden está incompleta; preguntas por una talla de alguna prenda en una tienda de ropa y con la mano en la cintura, sin buscar te dicen "no hay", caminas unos pasos y te encuentras mil tallas de las que tu estabas buscando.
 
El que barre, barre mal, el que limpia, limpia mal; el que atiende las quejas, las atiende mal.
 
¿Y nosotras?
 
Tal vez no nos damos cuenta pero hacemos también cosas mal. En nuestra casa o en el trabajo, basta con vernos a nosotras mismas en un espejo la cara que  tenemos al realizar alguna actividad, para saber si lo estamos haciendo con gusto o no.
 
La mayoría tenemos que hacer trabajos que no nos gustan, sin embargo, hay que hacerlos; ahí es cuando se te empiezan a caer las cosas, chocas con los muebles, se te inunda el baño, se te sale el perro, te pegas, te cortas, te tropiezas en la oficina, se te borran los archivos, bloqueas hasta tu computadora por escribir tan golpeado sobre el teclado, y a las que no les gusta cocinar se les queman hasta los trapos de la cocina.
 
Desde cosas simples como tender una cama, hasta algo tan importante como es cuidar y educar a nuestros hijos, debemos hacerlo con calidad. Vivimos en el mundo del "ahí se va", ya lo que queremos es terminar lo que estamos haciendo. y pasar a lo que sigue.
 
Estoy segura que la mayoría de las personas que hacen lo que les gusta son más exitosas que las que odian su trabajo, aunque al principio el salario o el pago sea mejor. A la larga odiar lo que haces no te hará ser competitivo ni mucho menos crecer en una empresa o en tu propio negocio.
 
Las personas que están a tu alrededor, ya sean tus hijos, tu esposo, tus empleados o tus clientes, no tienen la culpa de que no te guste lo que haces. En pocas palabras ¡No es su problema!
 
A veces la vida no es como nos la imaginábamos y no nos sentimos bien, sin embargo sí te haces la vida más fácil al rendirte a lo que te toca hacer. Cuidar a tus hijos, educarlos y estar con ellos no es opcional, por el contrario un trabajo si lo es. Puedes cambiarte y buscar hacer algo que te guste más y que disfrutes.
Nos han enseñado que hay que trabajar y ganarte las cosas con el sudor de la frente si no, no ganarás mucho... No es así. Hay muchas personas que no sudan, que no les cuesta hacer su trabajo, que lo disfrutan y que además les alcanza y les sobra para vivir como ellos quieren. 
 
Lo que sea que hagas hazlo con gusto y con amor, verás que rendirá más frutos y te sentirás mejor. Disfrutar lo que hacemos nos lleva a la paz diaria, a sentirnos bien y a hacer sentir bien a los que están a nuestro alrededor. La gente frustrada solo emana eso, frustración, enojo, coraje, y ganas de no volverla a ver por cierto.
 
Buscar la felicidad no es cosa de suerte, no es magia... en tus manos está encontrarla...
 
                                                                                                    Sinceramente
                                                                                                        Mariana
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 22 de mayo de 2016

Respetar el esposo de alguien más...

¿Cuántas amigas conoces que han coqueteado con un hombre casado? Salen a tomar un café, se mensajean, se "comprenden", hasta que llega lo inevitable e inician una relación.
La mayoría de ellas o no saben o se hacen las que no saben que es un hombre comprometido con alguien más. Lo comprendible sería que al saber que la persona con la que están saliendo está casado con otra mujer, en ese preciso momento, terminaran la relación.
 
¿Sabes que pasaría si ninguna mujer anduviera con alguien comprometido? ¿Si ninguna de nosotras aceptaría, por dinero, por comodidad o por orgullo, que su esposo le fuera infiel? Se erradicaría la infidelidad. Así de fácil y sencillo sería que todos los hombres fueran fieles.
 
Ellos no son santos, pero nosotras ayudaríamos mucho a que lo fueran y sólo tuvieran ojos para su pareja.
 
Muchas mujeres andan con un hombre casado sin pensar siquiera, en su esposa. No se les ocurre que es mujer como ella, que se siente sola, que trabaja mucho, que se siente abandonada y triste por su esposo, que sufre, que alguna vez fueron novios y que eran felices cuando se casaron. No piensan que tal vez el hombre le esté contando mentiras, él dice que es un santo y la esposa una bruja y es todo lo que les importa saber.
 
Todas en algún momento de nuestro matrimonio, nos hemos sentido tristes, cansadas, hartas, incomprendidas... Eso debería ser un motivo de unión, de solidaridad entre nosotras, no de abuso, de burla, de meter más el dedo en la llaga para que sufra la engañada.
 
Qué triste la amante que se burla de la esposa que no se arregla, ¡Claro que no se arregla, acaba de tener un bebé! !Por supuesto que esta semana no se arregló, los niños tienen exámenes, ella tuvo mil cosas que hacer y se descompuso la lavadora!
Qué injusta la amante que al tratar de "conquistar" más al novio le dice que ella siempre estará dispuesta a estar con él, a cualquier hora,  cualquier día, no como su esposa que está cansada en las noches cuando él llega del trabajo.
 
Pensar en todas como una misma, pensar en que tarde o temprano todas en algún momento de la vida vamos a estar cansadas y a sentirnos tristes, vamos a tener mucho que lavar y mucho que trabajar fuera de casa.
Respetar el esposo de alguien más, no importa quién sea la esposa, sin impartir juicios contra ella; respetarlo sólo porque es un hombre comprometido con alguien más, sólo por eso...
 
Respetarnos a nosotras mismas...
 
                                                                                                Sinceramente

                                                                                                   Mariana
 
 

domingo, 8 de mayo de 2016

Por favor, no me hagas convivir con ella

Pareciera que tu relación aunque no es perfecta, es normal. Un poco fría, de vez en cuando un poco romántica. Acostumbrados a la monotonía y a la rutina los días pasan. Los dos trabajan mucho y platican poco, aunque se vean varias horas al día, ese tiempo no es de calidad.
 
Así viste a tus padres vivir, y así crees que es lo normal. Sabías que tarde o temprano la "chispa" se perdería, y tu esposo pase lo que pase iba a seguir junto a ti, pues eres buena esposa, buena madre, buena mujer y  muy trabajadora también.
 
De pronto sientes que las cosas cambian, él se comporta diferente, a lo mejor es más atento pero sabes que es porque se siente culpable, no porque quiera reavivar nada...
Está más contento, sonríe... pero no contigo sino para sus adentros...
Cambia su rutina, se arregla más, se tarda más en llegar a casa...
 
Cualquier esposo puede cambiar su rutina, mejorar su apariencia, cambiar de humor, llegar a casa tarde después del trabajo, eso no quiere decir nada. Es algo que intuyes, algo que sabes que no anda bien. Cuando no eres una mujer celosa lo sabes más pronto que ninguna otra. Las amigas que son celosas siempre ven moros con tranchetes y todo lo ven sospechoso así que para ellas todo lo que haga y diga el esposo será usado en su contra, pero esa es otra historia.
 
Los pensamientos inundan tu cabeza y tal vez se refuercen con algún comentario de una de tus mejores amigas tratando de abrirte los ojos. Sin embargo, nada pasa, nada haces, nada cambia. Ya rondas en los 40 y no vas a empezar de nuevo, ni siquiera vas a permitir que alguien venga a quitarte lo que ya has trabajado durante tantos años.
 
Toda una vida amoldándote a alguien para que de pronto te quedes sin molde. Quedarte sin pareja, sin hogar, sola. Los pensamientos jamás traspasan tu mente, nunca se convierten en palabras, ni siquiera los vuelves a pensar. Decides que todo seguirá como siempre, pretendiendo que él no tiene otra mujer, continuando con la rutina diaria y la monotonía de siempre... Ni siquiera vas a investigar quién es ella. Para qué, si es más bonita que tú sufrirás más todavía, y si tú eres más bonita te dolerá el saber que ni siquiera lo pudiste retener a tu lado. Los demás se preguntan: ¿Cómo es que no se da cuenta? ¿Por qué no sospecha nada? No es posible que no se entere.
 
Lo peor llega cuando el hombre cínico abusa de tu "inocencia" y las presenta, las manda juntas a cerrar un negocio, a un curso o simplemente de vacaciones al mismo lugar, a lo mejor ni siquiera sabes que es ella la tercera en discordia, probablemente hasta se hagan amigas.
 
¡Qué humillación tan grande! Todo mundo está enterado que ella es la amante menos tú y si lo sabes peor aun...
 Es muy triste y doloroso que entre mujeres nos hagamos tanto daño, que no nos importe el dolor que pueda sentir una esposa al saber que su marido le es infiel. Que además nos burlemos de la esposa pensando que a ti nunca te va a pasar. La vida da muchas vueltas y todo se regresa triplicado, lo bueno y lo malo.
No permitas un matrimonio así, te vas a consumir en vida. Sí va a ser complicado al principio pero vas a salir adelante, mucha gente te quiere y lo más importante es que te quieras y te valores tú. Nunca somos demasiado grandes para claudicar y permitir una infidelidad.
Si hay vida, hay que disfrutarla y realmente vivirla.
 
Y un consejo para los esposos infieles:
"Ya es suficiente doloroso el saber que son infieles, por favor no la hagas convivir con ella..." 
 
                                                                                                      Sinceramente
                                                                                                         Mariana
 
 
 
 
 

domingo, 24 de abril de 2016

TU ESPEJO

Criticamos y juzgamos a las personas en automático, no nos damos cuenta ni siquiera cuando lo hacemos. Nos parece que algo no está bien y nuestro inconsciente salta. Algunas personas nos caen mal, "chocamos" con ellas y nunca nos ponemos a reflexionar la razón. Desde una incomodidad hasta el odio total hacia una persona, nos sacan de quicio y pensamos que sólo es por su manera de ser o de actuar que no va como nosotros nos comportamos o actuamos.
 
Por supuesto que los que hacen daño a la sociedad, los que cometen un delito, los que lastiman no nos gustan, ni a mi ni a nadie. Es lógico que nos enoje escuchar que alguien lastimó a un niño, que alguien abusó de su poder para enriquecerse, que alguien roba a la sociedad.
 
Sin embargo, la gente que está junto a nosotros, que está dentro de nuestro "clan", un vecino, un maestro, un compañero de trabajo, un familiar, tu mamá o tu papá que hagan algo que te moleste muchísimo, son una excelente oportunidad para ver nuestros propios defectos.
 
¡SON TU ESPEJO!
 
La persona que te saca de quicio, la que odias sin que te haya hecho algo grave, la que te cae mal sólo por su manera de ser ella, es tu reflejo.
 
Ahí está escondidito lo que tanto odias de ti y como tu inconsciente sí lo ve, porque el ve todo muuuy claro, al ver tu proyección en otra persona, te molesta. 
Seguro pensarás, "cómo me voy a parecer a mi jefa que es tan mala", "claro que yo no soy como mi tía que es tan grosera", "nunca he hecho cosas como la vecina que es tan metiche".
 
 
Tal vez no seas mala con tus compañeros de trabajo, pero eres mala con tus hijos, tal vez no eres grosera con tu familia pero eres grosera con tus vecinos, tal vez no eres metiche con tus vecinos pero eres metiche con tu esposo... Así funciona, ni más ni menos.
 
¡NOS PROYECTAMOS SIEMPRE!
 
Bueno, entre más te hayas enojado al leer lo anterior, más te pareces a esas personas que tanto odias, así de fácil, así de sencillo es, buscas defenderte y justificarte porque sabes que es verdad... y duele.
Pero no hay nada de malo en esto, al contrario gracias a ese espejo puedes reconocer lo que te hace vivir en incoherencia; que genial que puedas proyectar en una persona lo que no te gusta de ti, lo que hace que te odies y que atraigas personas que te lastimen y te recuerden lo poco que piensas que vales.
 
Vales mucho, demasiado, y somos fuertes para cambiar todas aquellas cosas que nos hacen ser infelices. Puedes hacerlo, puedes aprovecharte de ese espejo para mejorar, para cambiar, para tener paz interior...
 
Haciendo una reflexión, libre de juicios y de soberbia que nos ciegue a la verdad, te darás cuenta y descubrirás la piedra que te hace tropezar en la vida una y otra y otra vez...
 
                                                                                                          Sinceramente
 
                                                                                                       Mariana Oropeza
 


martes, 19 de abril de 2016

Hola amigos, les ofrezco una disculpa, me lastimé la mano y no puedo escribir, espero la próxima semana continuar con las publicaciones quincenales. Un abrazo.
Mariana Oropeza

domingo, 3 de abril de 2016

¿Casada o Soltera?

A la pregunta que recientemente hice en mi página de Facebook "¿Si pudieras regresar el tiempo, te volverías a casar?" La mayoría respondió NO. Pero no fue sólo un "no", contestaron un no, que se leía fácilmente lleno de rencor, de coraje, de arrepentimiento...
 
Entonces habiendo tantos ejemplos y tantas experiencias negativas que están muy cerca de nosotras, primas, tías, hermanas y amigas que se casaron, vivieron unos años de infierno y después se separaron, ¿Por qué insistimos en que el mejor estado de una mujer es estar casada? ¿Por qué es "anormal" ver a una mujer de 40 años soltera, y es totalmente normal ver a más de la mitad de las mujeres de la familia divorciadas?
 
Si las estadísticas no nos dicen nada, estamos en el hoyo.
Seguimos "dormidas" y esperando que alguien nos pida matrimonio, porque así debe ser, porque casarse es lo que se usa después de los 25, porque te van a ver feo si no te casas.
 
No importa si eres divorciada, si dejaste a tu familia sin fuerza ni dinero, sólo para darle en la torre a tu ex. Gastaste lo que tenías en abogados, en esconderte, en comprar testigos, eso es normal.
 
Casarte en contra de todos los pronósticos de la gente que te quería, tener hijos, sufrir, quedarte sin dinero y sin nada, eso es normal. Casarte con alguien que no trabaja, que te pega, que es alcohólico, pero es buena gente...  es normal. Casarte sin amor, sin estar segura ni siquiera de lo que quieres hacer al otro día, mucho menos de lo que quieres hacer en el futuro,  es normal.
 
Y lo anormal es seguir soltera, libre, trabajando, disfrutando la vida. Decidiendo por ti y para ti. Compartiendo con tus amigos y amigas, tener novio y no apresurar una boda sólo por tener una argolla de matrimonio.
 
Es muy triste que las principales personas que señalamos a una mujer que no se ha casado, somos nosotras mismas. ¿Será envidia el ataque verbal que le hacemos? ¿Será que nos reflejamos y al verla recordamos cuando éramos felices y solteras?
 
Mientras sigamos calladas, sin expresar lo que realmente pensamos, las bodas van a seguir, y los divorcios atrás de ellas. Casarse es genial cuando lo haces con la persona correcta y por los motivos correctos; cuando detrás de un sí acepto está, salirte de tu casa, tener dinero, tener una casa o simplemente, dejar de ser soltera, un matrimonio terminará engrosando las largas filas de trámites para divorciarse en el registro civil.
 
Piénsalo bien, la vida es sólo una, disfrútala cómo tú quieres, no como debe de ser.
 
                                                                                                 Sinceramente
                                                                                                     Mariana
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 13 de marzo de 2016

Todos están contra mí.

Toda la gente me lastima, no confían en mí y creen que soy tonta. Me ofenden con sus comentarios y todo absolutamente todo lo que dicen es para molestarme. El universo con todos sus integrantes humanos viven para fastidiarme la vida; la gente que sí es feliz se burla de mí. Disfruta lo que ha ganado muy fácilmente y no le importa si yo tengo o no tengo dinero para esas cosas.
 
Platican de sus viajes y andan en sus coches lujosos presumiendo y haciendo que los vea sólo para molestarme. Se sienten lo máximo y ni siquiera entienden lo que yo siento, no ven que trabajo tanto y no puedo tener lo que ellos tienen. Cada foto que veo de ellos, cada vez que cuentan sus súper historias, lo hacen para hacerme sentir menos. Ni siquiera saben por las que he pasado, soy una víctima de los demás. Todos están en mi contra y les alegra que yo esté mal. Deberían  darme dinero y tiempo, en lugar de gastárselo en cosas que ni necesitan.
 
¿Eres de las personas que piensan así? ¿De verdad crees que eres el centro del universo y todo gira en torno a ti? ¿De verdad crees que la gente que tiene más tiene la obligación de regalar su dinero y su tiempo?
 
Las acciones de las demás personas no tienen por qué afectarte a tal grado de odiarlas por lo que hacen, por lo que tienen o por cómo se divierten. Sea como sea que hayan tenido sus bienes materiales y sobre todo su tranquilidad, no es tu problema. Ni tienen por qué darte explicaciones al pasear o hacer cosas que tú no puedas hacer.
 
Las oportunidades en la vida ahí están, esperando por alguien que las quiera; esperando por alguien que sí crea que se las merece y que las quiere aprovechar. Cuántas personas hemos conocido todos, de origen muy humilde que ahora son grandes empresarios, son personas cultas, amables y con poder. Ellos no querían vivir en donde les tocó nacer, no querían vivir como sus padres ni tener carencias, culturales, emocionales y económicas.
 
Muchas veces somos injustos y creemos que "le tocó buena suerte", la suerte no existe, la suerte se fabrica, con tus pensamientos y con tus ganas de lograr algo. Liberándote de creencias que sólo te limitan y te benefician en cierto modo, cumplirás tus metas. Para eso primero hay que tenerlas, y actuar de manera coherente con lo que quieres y con lo que haces y piensas.
 
Es mejor ser víctima, es mejor ser el necesitado y dejar que la vida me lleve por donde más me regalen. Vas sirviéndote de las personas a tu antojo sólo porque es su obligación, ellos tienen más que yo, ellos deben darme mucho más que yo a ellos. Cualquier ayuda, después se convierte en una obligación, cualquier ayuda se convierte en un problema porque anulas a las personas.
 
Aquí en México hay varios programas de ayuda social para las personas que menos tienen. Conozco varias que ya no buscan trabajo, familias de cinco o seis hijos a los que se les da mensualmente una cantidad para cada niño, para comer y vivir, tienen médico y medicinas, escuela pública y no necesitan más. No buscan un trabajo porque les quitarían la ayuda. No piensan en los demás y en que esa ayuda es para salir adelante, no para vivir de ella eternamente. Así crecen esos niños y se hace un gran bucle imposible de romper.
 
Todos, absolutamente todos, tenemos el presente que queremos; por el que hemos luchado y el que ha resultado de nuestras decisiones anteriores. La buena noticia es que si no te gusta tu vida, nunca es tarde para cambiar. En el momento que decidas tomar las riendas y responsabilizarte de ella empezarás a ver los cambios, sí es difícil, sí hay que trabajar, sí hay que compartir y ser agradecido con los demás.
 
Lo que crees, lo creas...
 
                                                                                                    Sinceramente
                                                                                                        Mariana