domingo, 22 de mayo de 2016

Respetar el esposo de alguien más...

¿Cuántas amigas conoces que han coqueteado con un hombre casado? Salen a tomar un café, se mensajean, se "comprenden", hasta que llega lo inevitable e inician una relación.
La mayoría de ellas o no saben o se hacen las que no saben que es un hombre comprometido con alguien más. Lo comprendible sería que al saber que la persona con la que están saliendo está casado con otra mujer, en ese preciso momento, terminaran la relación.
 
¿Sabes que pasaría si ninguna mujer anduviera con alguien comprometido? ¿Si ninguna de nosotras aceptaría, por dinero, por comodidad o por orgullo, que su esposo le fuera infiel? Se erradicaría la infidelidad. Así de fácil y sencillo sería que todos los hombres fueran fieles.
 
Ellos no son santos, pero nosotras ayudaríamos mucho a que lo fueran y sólo tuvieran ojos para su pareja.
 
Muchas mujeres andan con un hombre casado sin pensar siquiera, en su esposa. No se les ocurre que es mujer como ella, que se siente sola, que trabaja mucho, que se siente abandonada y triste por su esposo, que sufre, que alguna vez fueron novios y que eran felices cuando se casaron. No piensan que tal vez el hombre le esté contando mentiras, él dice que es un santo y la esposa una bruja y es todo lo que les importa saber.
 
Todas en algún momento de nuestro matrimonio, nos hemos sentido tristes, cansadas, hartas, incomprendidas... Eso debería ser un motivo de unión, de solidaridad entre nosotras, no de abuso, de burla, de meter más el dedo en la llaga para que sufra la engañada.
 
Qué triste la amante que se burla de la esposa que no se arregla, ¡Claro que no se arregla, acaba de tener un bebé! !Por supuesto que esta semana no se arregló, los niños tienen exámenes, ella tuvo mil cosas que hacer y se descompuso la lavadora!
Qué injusta la amante que al tratar de "conquistar" más al novio le dice que ella siempre estará dispuesta a estar con él, a cualquier hora,  cualquier día, no como su esposa que está cansada en las noches cuando él llega del trabajo.
 
Pensar en todas como una misma, pensar en que tarde o temprano todas en algún momento de la vida vamos a estar cansadas y a sentirnos tristes, vamos a tener mucho que lavar y mucho que trabajar fuera de casa.
Respetar el esposo de alguien más, no importa quién sea la esposa, sin impartir juicios contra ella; respetarlo sólo porque es un hombre comprometido con alguien más, sólo por eso...
 
Respetarnos a nosotras mismas...
 
                                                                                                Sinceramente

                                                                                                   Mariana
 
 

1 comentario:

Sandra Poza dijo...

Es verdad Mariana, llevas toda la razón, así es, si respetamos los compromisos, nos respetamos, es como plantearnos la coherencia en nuestras vidas no?, y como todo lo que vemos es un espejo, si vemos a todos los hombres comprometidos, sintiendo respeto hacia su esposa, eso mismo recibiremos también como esposas, respeto de todas aquellas mujeres que se relacionan de una u otra forma con nuestro esposo. Muchas gracias Mariana!