viernes, 29 de diciembre de 2017

Encuéntrale un sentido a lo que no te gusta hacer!

Si tienes algo que hacer, que es a fuerza y no te gusta:
¡HAZ QUE VALGA LA PENA, Y ENCUÉNTRALE UN SENTIDO!
Siempre o casi siempre, los sacrificios que hacemos, son por alguien que nos importa, alguien que queremos mucho y sobretodo que estamos anteponiendo su felicidad a la nuestra. Un buen hombre, un hijo, un hermano, amigo o algún familiar. Decidimos hacer cosas consciente o inconscientemente que no queremos, que no es nuestra mejor opción, y que si no hubiera nadie lastimado de por medio, jamás las elegiríamos hacer.
Como siempre, hay situaciones que no son eternas y no son tan graves como:
Cuidar por la noche a un enfermo.
Cuidar unos días a una mascota.
Llevar a alguien a su casa o trabajo.
Recibir una visita en tu casa.
Convidar de tu comida.
Hacer un favor.
Visitar a alguien.
Prestar tus cosas.
Ayudar a un compañero con su trabajo.
Nos dicen que tenemos que aprender a decir NO. Sin embargo, creo que también tenemos que aprender a decir SI. A que cuando estemos haciendo lo que no queríamos, lo hagamos con gusto, con cierta resignación. El darle vueltas a lo mismo mientras haces las cosas de mala gana, no te lleva a nada mas que a enojarte más y a contrariarte porque no querías hacerlas.
Sólo piensa que ya estás ahí, y que obtendrás más puntos buenos si lo haces de buena manera. No te queda de otra; piensas mil formas de "safarte" del compromiso, pero sabes perfectamente que no las harás, que no tienes el valor para ser grosero con la persona a la que ayudas, y aunque se te ocurran mil ofensas y excusas para hacerlo se quedarán ahí, sólo en tu cabeza. Piensa que llegará a su fin y piensa muy bien tu próxima respuesta, cuando alguien te pida un favor.
¿Y qué pasa cuando la decisión que tomaste durará un "poco más" de algunos días?
Casarte.
Decirle a alguien que lo amas.
Cuidar a tus nietos.
Quitarle sus hijos a tus hijos.
Estudiar una carrera.
Tener hijos.
A veces tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias, por amor, agradecimiento o por lástima. Cuando te casas con alguien sin amarlo lo suficiente, cuando ayudas a tus hijos con tus nietos, cuando estudias algo porque no hay otra opción, cuando tienes que quedarte en tu trabajo por la razón que sea, cuando decides criar y mantener como hijos propios a tus nietos.

  ¡Tienes que encontrarle el sentido!
Tiene que valer la pena tu trabajo y el sacrificio que estás haciendo. Es bueno siempre estar consciente de que tú y sólo tú, tomaste esa decisión. Culpar a los demás es condenarte eternamente a tener rencor en tu corazón, a vivir amargada, y a no disfrutar la vida.
Tal vez estás pensando: ¿Disfrutar? ¿Con éste hombre a mi lado? ¿A qué hora, si tengo que cuidar a mis nietos? ¿Cómo se puede disfrutar con este espantoso trabajo?
Te prometo que si cambias tu manera de ver las cosas y empiezas a agradecer lo que tienes, todo empezará a cambiar como por arte de magia. Parecerá que todos cambiaron y las cosas ahora resultan buenas a tu favor.
 Todos conocemos a alguien que nunca pierde el sentido del humor, que siempre  ve lo positivo de las cosas, tenemos que aprender mucho de esas personas. Son felices sea cual sea la situación que están viviendo, simplemente porque le encuentran un SENTIDO A LA VIDA.

                                                                                                           Sinceramente
                                                                                                        Mariana Oropeza
                                                                                         Especialista en Bioneuroemoción


domingo, 10 de diciembre de 2017

Los platos elegantes

¿Cuántas de nosotras tenemos un montón de cosas bonitas y guardadas sin usar?

Vajillas, cubiertos, copas, decenas de utensilios hermosos para servir la comida, ollas, manteles blancos y elegantes.
 ¿Y en nuestro clóset?
Vestidos, botas, zapatos con un gran tacón, sombreros, pashminas, bufandas, guantes,  blusas, aretes y collares muy bonitos, perfumes, cremas que huelen muy rico, bolsas caras y muchísimas cosas más.
Todo guardado en cajas intocables, esperando la visita correcta y perfecta que las merezca para poder usarlas, y aguardando la ocasión especial para arreglarte con tus "tesoros más preciados".
Lo malo es que esa visita y ese día tan especial, tal vez no llegue nunca,  vas dejando pasar el tiempo y tus cosas se quedan ahí, guardadas en una vitrina o arrumbadas en un clóset. Tal vez cuando las quieras sacar ya están pasadas de moda o el moho y la polilla hicieron de las suyas y ya no sirvan más.
Atesoramos cosas y nunca las usamos. Conozco señoras de 70 años que guardaron muchísimas cosas y nunca las disfrutaron, porque se ensucian, se gastan, se podían romper, o simplemente porque nunca llegó la visita y la ocasión tan especial para usarlas. Ahora que ya están grandes, ya no tienen la fuerza ni las ganas para sacar de sus cajas todas sus cosas bonitas. Lo más triste es que cuando mueran, todos esos tesoros terminen en casa de alguien que ni siquiera    le tenía cariño y por supuesto no va a saber, ni le va a interesar, el valor sentimental que tenían para ella.
Debes conocer amigas que guardan sus tesoros, esperando que sus hijas, nueras o nietas las utilicen, desgraciadamente, casi nadie le va a dar el valor a nuestras cosas como nosotras mismas. Cada persona tiene sus propios intereses. Y lo que es hermoso y vale tanto para mí, tal vez cuando lo regale o herede, no tendrá el mismo valor para los demás.
¡VIVIR ES DISFRUTAR! Y para eso trabajamos, para disfrutar  lo que nos ganamos. Todas trabajamos, en casa, cuidando a los hijos, o en una oficina o negocio. Por eso debemos gozar y utilizar las cosas bonitas que tenemos... Pero ahora, cuando tenemos ganas y fuerza, no cuando ya no podamos. El tiempo pasa volando y cuando veas hacia atrás, vas a ser una señora grande con muchos tesoros guardados y sin usar.
Utiliza tus cosas más bonitas con tu familia, con tus hijos. Se sentirán importantes y cuidarán tus platos elegantes. No esperes una ocasión muy especial para usar esa crema que huele tan rico y el perfume tan fino que solo usas dos veces al año, utiliza tu ropa bonita sólo para que tu pareja y tu misma te veas bonita; las zapatillas, aretes, collares y todos los accesorios que tienes guardados úsalos, para eso los compraste. Recuerda que las cosas están para servirte, no estás tú para servirlas a ellas.
¡No necesitamos a nadie más que a nosotros y a nuestra familia para que sea una ocasión especial, y valemos igual o más que cualquier visita importante!
                                                                                                        Sinceramente
                                                                                                     Mariana Oropeza
                                                                                        Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 5 de noviembre de 2017

La segunda opción...

Somos seres humanos libres y  tenemos el derecho de elegir. A veces sentimos que nos obligan a hacer o elegir algo, sin embargo no podemos culpar a nadie por esto. Nosotros elegimos obedecer y escoger lo que la otra persona quiere. Tal vez por comodidad, por flojera, por apatía, por falta de autoestima, por que sentimos culpa, porque nos sentimos agradecidos, por cariño o por amor.
Muchas veces  vivir con la carga de una elección incorrecta, nos lleva a estar enojados, tristes, apáticos y te va creando un feo carácter que poco a poco vas sustituyendo por el buen humor que te caracterizaba, en pocas palabras, te va amargando la vida.
Pensamos que no tenemos otra salida, que lo que estamos eligiendo es nuestra única opción, se nos cierra el mundo y por lo que van a pensar los demás escogemos hacer, lo que no queremos.
Sin embargo, siempre, pero siempre tenemos que recordar que existe... Una segunda opción, y nunca es tarde para corregir una mala elección.
Cuando pasa algo malo o grave, siempre tienes de dos: O lo superas, aprendes y sigues de frente o nos afecta y nos cambia el día, el año o la vida completa, vives para recordarlo cada día, hasta que te consuma el dolor, los pensamientos o la culpa.
Puedes elegir la segunda opción para resolver o tomar simples decisiones como:
Ir a una fiesta
Platicar con alguien
Hacer un favor
Prestar algo
Cansarte
Descansar
Hacer ejercicio
Leer un libro
Hacer la comida
Limpiar tu casa
O decisiones grandes como:
Casarte
Divorciarte
Ser infiel
Escoger una carrera universitaria
Elegir un trabajo
Comprar una casa o un coche
Tener  hijos
Siempre tenemos una opción diferente para todo, hay cosas que se tienen que hacer pero las puedes hacer de diferente manera. Vivimos culpando a los demás, de que no tenemos tiempo ni siquiera para leer un libro. Imagínate lo que pensará el inculpado: "A qué hora le dije que no podía leer".
Hasta en problemas o situaciones más graves, enfermedades, pérdidas, o separaciones dolorosas, siempre es posible elegir la segunda opción.
En todo lo que te pasa en la vida, tienes otra manera de resolver las cosas, aunque sea más difícil, aunque cueste más trabajo o aunque no les guste a los que viven a tu alrededor.
Si por alguna razón pierdes un año en la universidad, tienes de dos, o sigues y aguantas repitiendo año con los alumnos del grado anterior, o ahí la dejas y buscas un trabajo que no te va a redituar lo mismo que si hubieras acabado la carrera.
Cuando tu pareja es infiel, también tienes de dos, te sientes mal, ofendida, humillada para siempre y no vuelves a recuperar tu autoestima o superas la infidelidad, sabiendo que el del problema es él, que tu no tienes nada que ver, y empiezas tu vida emocional libre de ataduras y desde cero; y también tienes las opciones de hacerlo con o sin él; eso de que: "Por los hijos lo perdono", no se lo cree nadie. Es sólo tu elección.
Cuando al contrario, estás a punto de ser infiel, tienes la opción de respetar a tu pareja y no serlo. Nadie es obligado a nada en este mundo, bueno... casi nadie.
Reflexiona siempre, sobre todo en las grandes decisiones que tomes, tal vez te des cuenta que no es lo que tú quieres hacer, recuerda que siempre existe la segunda opción.
                                                                                           Sinceramente
                                                                                         Mariana Oropeza
                                                                              Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 22 de octubre de 2017

Pero...si es un santo!!!

"Su esposa no lo comprendía.
Fíjate que ella le fue infiel.
Lo dejó la novia porque es injusta.
La esposa le levantó falsos y dijo que él se le insinuó a su hermana.
La esposa le exigía mucho.
Lo despidieron del trabajo y la esposa lo dejó.
Ella no le daba de comer.
La señora no lo acompañaba a ningún lado.
Siempre lo trataba mal.
Pues si es un poco celoso, pero normal.
Pues si toma, pero no es para tanto.
No le gusta ir a trabajar, pero es que lo maltratan en su oficina.
La esposa era muy floja.
Tan fácil que es hacerlo feliz".
¿Alguna de estas frases, "te suena"?
A veces, cuando empezamos una relación con alguien que anteriormente ya tuvo uno o dos matrimonios, o una relación muy seria,  creemos que somos las "salvadoras" de ese hombre. Llegamos para regresarle la dignidad y las ganas de vivir. -Ahora sí va a saber lo que es una esposa-, pensamos.
Claro que no en todos los casos, sin embargo, sí en muchos que yo conozco. Por supuesto que hay hombres buenos, con historias reales, con divorcios por incompatibilidad de caracteres, o porque se acabó el amor, o porque ella le fue infiel; si pasa, si existen esas causas. Sin embargo, cuánto más grande sea la historia y la explicación, yo creo que es menos creíble.
Al empezar una relación con alguien así, deberíamos ser un poco más perspicaces y ver más allá, de sólo lo que él nos platique.
¿Por qué no ve a sus hijos?
¿Por qué la ex lo odia tanto?
¿Por qué no tiene relación con ningún amigo o familiar de su ex?
¿Por qué no les manda dinero a sus hijos?
¿Por qué no va a su escuela el día del padre?
¿Por qué ni siquiera lo saludan en la calle los conocidos de su ex?
¿Por qué su propia familia no lo quiere, o no le habla?
¿Por qué se esconde?
¿Por qué un hombre, que es tan encantador, atento y trabajador, es tan incomprendido?
¿Por qué se mudó de ciudad?
Y la pregunta más importante:
¿Realmente cuál fue la causa de su divorcio?
Hay patrones de conducta que no se pueden cambiar  fácilmente, somos adultos y el tiempo para modificarlos de una manera rápida, ya pasó. Forman parte de nuestra personalidad, y de nuestra naturaleza. Para tener un cambio real y positivo, se necesita tiempo, esfuerzo y dedicación. Mucha disposición, ir a terapia, a pláticas y sobre todo querer hacerlo. 
Dicen por ahí, que "no hay peor ciego que el que no quiere ver", siempre ve más allá, abre bien los ojos, escucha las dos versiones de la historia; no es que tengas que ir a cuestionar a la ex de tu novio, pero si puedes escuchar lo que tus amigos te dicen, lo que tu familia te aconseja, escuchar a tu intuición y a tu sexto sentido.
Te puedes evitar muchas sorpresas. Es un poco difícil de creer, que el hombre que haya tenido más de un divorcio sea........ un santo.
                                                                                                  Sinceramente
                                                                                               Mariana Oropeza
                                                                                 Especialista en Bioneuroemoción

martes, 12 de septiembre de 2017

Una batalla perdida

¿Enamorarnos? Es lo más fácil del mundo. Cuando encontramos a alguien que nos gusta mucho físicamente y está disponible, nuestro corazón ya lleva más de la mitad del camino recorrido. Cuando te voltea a ver, nota tu presencia y es amable, vamos bajando la guardia; cuando de pronto te llama, te abraza o hace algo inusual que te guste mucho... llega el amor.  La mayoría somos así,  sensibles y fáciles de enamorar.
¿Hacer que se enamoren de nosotras? ..... Creo que ahí es donde empieza lo complicado.
¿Qué tal que todas esas "señales" que estábamos seguras que eran directo para nuestro corazón, las malentendimos y ese guapo hombre, sólo estaba siendo amable con nosotras? ¿Qué tal, que sí sabíamos que sólo estaba siendo amable con nosotras, pero nos empeñamos en cegarnos y creer que le gustábamos?.
Hay hombres educados y muy amables que (ante lo escasos que están), a veces confundimos sus intenciones, ellos tratan muy bien a las mujeres, ¡Pero a todas! no nada más a ti, y no se vale decir que no te das cuenta porque ellos son amables con todas, con las mujeres de su familia, con las señoras que hacen la limpieza en su oficina, con las empleadas de un mostrador, con las meseras, muestran  respeto por ellas porque son caballeros, no porque quieran casarse con todas.
 Es imposible mandar al corazón, pero tal vez la razón, nos ayude a ver la realidad y no empezar a fantasear con algo, que no nos va a llevar a nada más que a una batalla perdida. Creo que no se puede forzar u obligar a alguien a que se enamore de ti, puedes conquistarlo dentro de los "parámetros normales" de una conquista: Arreglarte más, mostrar indiferencia, hacerte presente, sonreír, ser como tú eres (si pretendes ser quien no eres, tal vez lograrás que se enamore de alguien que no existe).
Si por insistencia llegas a "conquistarlo", te puedo asegurar que nada de lo que hagas va a hacer que cambie su corazón, a lo mejor lograste que te besara y pues ya, empezaron a salir, y después, se hicieron novios. Cuando a alguien no le gustas tanto como para casarte, nada va a cambiar sus sentimientos.
Tratar de agradar a alguien que no te ama, es vivir siempre contracorriente. Por lo tanto, viene el rompimiento de la relación y es cuando empiezas a sufrir, y entre más te empeñes en no ver, que todo el trabajo lo hiciste tú, en que él sólo se dejó llevar, en que nunca se enamoró completamente de ti, más tiempo durará tu dolor.
No pierdas el tiempo en relaciones que no tienen futuro, no te empeñes en una conquista imposible, sobretodo, si ya te diste cuenta que ni siquiera le gustas.
Claro que eres muy bonita, y muy inteligente, y tienes un trabajo muy bueno, pero a él....No le gustas!
Tenemos la fuerza suficiente para conquistar el mundo, pero no para forzar el corazón de un hombre; no te distraigas en lo que no se puede, seguramente, muy cerca de ti, está tu verdadero amor.

                                                                                                         Sinceramente
                                                                                                      Mariana Oropeza
                                                                                          Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 3 de septiembre de 2017

¡Ihhhhhhhhh, me van a ver!

¿Cuántas veces te has quedado con ganas de hacer algo porque "te van a ver?"
Correr
Saltar
Gritar
Comer
¿Y cuántas veces te has mortificado tanto por una situación, porque qué van a pensar y decir los demás?
Cuando te subes a un transporte público
Cuando te pasaste de cosas en el súper y a la hora de pagar no te alcanza
Cuando esperas en una fila
Cuando tu tarjeta no pasa a la hora de pagar, por la razón que sea,  no le vas a explicar a las personas de tu alrededor, que si tienes dinero, pero que la tarjeta está vencida ¿Verdad?
A veces a todos se nos antoja hacer cosas por impulso, te emocionas tanto que quieres gritar y brincar de felicidad, quieres darle las gracias a alguien que te atendió muy bien en una tienda, o por el contrario, quisieras quejarte con el jefe de alguien que no hizo bien su trabajo, quieres aplaudirle y gritarle muy fuerte a tu hijito en el festival de la escuela, quieres echarle una porra a alguien, pero simplemente no lo haces... porque te da pena. Vivimos preguntándonos ¿Qué van a decir los demás?
!Llegas a tu casa y te arrepientes muchísimo! Piensas:
Le hubiera dado un abrazo
Lo hubiera saludado
Me hubiera comido eso que me ofrecieron
Me hubiera subido al transporte
Hubiera cantado
Hubiera bailado con él
¿Sabes? El hubiera no existe, ya es pasado. Lo peor es que a la gente no le interesa, cada quien tiene sus propios asuntos por resolver, y a los que si les interesa, te prometo que ni siquiera valen la pena.
Vamos a vivir nuestros momentos, los que se presentan cada día y pueden ser un gran experiencia que no sabrás, hasta que te atrevas a hacerlo.... Sin pensar en  lo que van a decir los demás..
Cuando tu empiezas a ver la vida diferente, contagias, y la gente que está a tu alrededor cambia también. Si te empiezas a abrir con los demás, te darás cuenta de que a todos nos pasa.
 A la mayoría nos ha pasado un contratiempo, al menos a la gente normal, a la que no es perfecta. No hay porque avergonzarnos. Así es la vida.... Nadie es perfecto. A muchos se nos olvida, que todos somos humanos, que somos personas y que nos pasan casi las mismas cosas.
Deberíamos pensar siempre en las situaciones incómodas que nos han pasado, precisamente para no juzgar a los demás, una sonrisa de "te entiendo" a alguien que le sucede  algo incómodo, es muy tranquilizante.
En el momento que empiezas a actuar, sin pensar en qué van a decir los demás, te liberas, es como si te quitaras un gran peso de encima y prometo que disfrutarás más las cosas. !Vamos a vivir!
                                                                                                         Sinceramente
                                                                                                       Mariana Oropeza 
                                                                                          Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 13 de agosto de 2017

Trata a tus hijos como si fueran visitas!

En ciertas ocasiones, me ha tocado ver, la relación que tienen algunas personas, que son demasiado amables fuera de su casa, con su familia más cercana. No lo puedes creer. Pareciera que se transforman en otra persona. Si les contaras a sus hijos, papás o esposo lo lindas personas que son, no te lo creerían, pensarían que estás hablando de alguien más.
¿Por qué vivimos enojadas con nuestros hijos o esposo y pareciera que estamos increíblemente felices con nuestras amigas o con los compañeros de trabajo? Y aplica igual para el señor de la casa, es un dulce en la calle y se convierte en un ogro en el momento que tiene a su familia enfrente.
No creo que sea justo para tu familia que las demás personas sean las que disfruten tu lado amable. Es cuestión que entres a tu casa para que te transformes. Se supone que debería ser al contrario, tu casa es tu "nido", es donde somos felices, donde estamos tranquilas y a pesar de nuestra situación, (que no me cansaré de repetir: Si no te gusta "cámbiala"), debemos tener la mayoría del tiempo nuestra mejor cara.
Tal vez pienses: "Si tuvieras a mis hijos dos minutos, seguro te volverías un ogro también" "Si escucharas a mi esposo, te pondrías de malas inmediatamente" "Si vivieras donde yo vivo, no quisieras ni llegar a dormir" ¿Sabes? Todas escogimos a nuestro esposo y temo decirte, que los hijos son un reflejo nuestro, así de sencillo. Siempre me he imaginado que cuando nacen, son como bolitas de masa que nos manda Dios, y nosotras las vamos moldeando poco a poco.
¿El resultado? Los hijos que tenemos ahora.
No rechaces a tus hijos, a tu esposo o a tus padres, aunque no lo digas, tu actitud lo dice todo; eso si les afecta tarde o temprano, la autoestima no perdona y todo lo que hacemos y decimos se ve reflejado en los niños, probablemente cuando te des cuenta, será demasiado tarde para tratar de corregir algo.
Estar de mal humor todo el tiempo dentro de tu casa, es un claro rechazo de tu entorno, y por muy pequeños que sean tus hijos, lo notan. Lo más triste es cuando se dan cuenta de tu gran sonrisa cuando estás con las demás personas. Te aseguro que aunque no lo digan es muy, muy desmoralizante para ellos.
Una buena idea para empezar a cambiar es:
Tratar en algunas ocasiones a tu familia, como si fueran visitas.
Por ejemplo, si algún hijo de una amiga tuya, tira el vaso de agua en la mesa y ensucia todo el mantel, estoy segurísima que no le vas a gritar o a pegarle, ni lo vas a dejar sin comer, ni lo vas a poner a lavar el mantel con gritos y empujones. Probablemente, le digas que tenga más cuidado, y todos seguirán comiendo tranquilos.
Si una visita fuma dentro de la casa, no le vas a aventar un zapato ¿Verdad?, ni le vas a gritar y a decirle que ya le dijiste mil veces que no fume dentro de la casa, que ya te tiene harta, que para qué te casaste y cosas por el estilo.  Tal vez le digas amablemente, que en tu casa no fuman adentro que lo acompañas al jardín o al patio, a terminar su cigarro.
Podemos hacerlo, podemos ser tan tolerantes con nuestra familia como lo somos con las visitas. Tendrás más armonía en tu hogar. Recuerda que todo es un ciclo y que si llegas enojada a tu casa, inmediatamente todos se ponen de mal humor. Intenta llegar con un carácter amable; sí, es difícil, sobre todo después de un día de trabajo muy pesado y cansado, después de muchas horas de estar de pie, de lidiar con gente espantosa.
Tu familia no tiene la culpa, ellos te esperan, quieren contarte cosas, quieren que los abraces y estar pegados a ti, seas papá o mamá.

Aprendamos a vivir con tolerancia y amabilidad en nuestro hogar. ¡Te prometo que tendremos hijos más tolerantes y amables!. 


                                                                                                       Sinceramente

                                                                                                  Mariana Oropeza H.
                                                                                       Especialista en Bioneuroemoción

jueves, 13 de julio de 2017

Defiende a tu esposo con toda tu fuerza

Algunas mujeres creemos que nuestro esposo nos va, o mejor dicho, nos tiene que querer siempre. Así nos lo prometió y lo va a cumplir, porque es buena persona y es un buen marido. No se nos ocurre que debemos defenderlo de ciertas situaciones, comentarios o de "alguien" que lo quiera hacer desistir de esa promesa tan importante.
Si estás pensando en que lo tienes que defender, de "las malas intenciones" de alguna compañera del trabajo, vecina o amiga, no estás consciente de la persona que puede llegar a ser, el verdadero enemigo de tu matrimonio........
Eres tú misma!
Debemos defender a nuestra pareja de nosotros mismas!
Desgano
Apatía
Desinterés
Rechazo
Humillación
Burla
Comparación
Flojera
¿Te suena familiar?
Aprovechándonos de el amor y la paciencia que siente por nosotros, no ponemos atención al comportamiento que tenemos cuando nos dirigimos a él. Estamos seguras que siempre nos va a querer y pensamos que nada va a hacer cambiar su manera de pensar. Ellos no te reclaman, no se quejan, sin embargo poco a poco vas creando una imagen de ti misma, totalmente diferente a la que tenías cuando se enamoró de ti. Las atenciones y cuidados que tenías con el, van desapareciendo. Lo mejor para ti y tal vez lo peor para él, es que no se va a ir de tu lado, precisamente porque es buena persona.
Preguntarle cómo le fue en el trabajo cuando llegue a casa, interesarse por sus cosas, respetar sus cajones (aunque te parezca innecesaria la cantidad de cables, pilas, papeles o lápices que pueda tener). Después de varias cosas que tiré y ropa que regalé, aprendí que sólo el puede decidir cuándo deshacerse de lo que no le sirve. Hacer la comida que le gusta aunque te de flojera, respetar su cartera, su coche. Cambiar tu actitud de desgano y apatía diaria con la que vives y lo recibes cada vez que llega a casa.
Yo pienso que desde que nos casamos, el hombre y la mujer quedamos al resguardo y cuidado uno del otro, e independientemente de si los dos trabajan para mantener la casa, debemos darnos un tiempo para atender a nuestro esposo. La mayoría de los hombres que conozco no son muy complicados que digamos, su ropa limpia, acomodada y planchada cuando la necesiten y una rica cena es suficiente para ponerlos de buen humor. Creo que casi todos los hombres son tragones así que es más fácil para nosotras cocinar, o comprar para comer algo que les guste mucho.
Son pequeños detalles los que hacen una gran diferencia, inténtalo, empieza a cambiar tu actitud con él y sobre todo, empieza a respetarlo. Es una doble ganancia porque va a estar contento, y....
¡Un marido contento dice más veces si, que no!
                                                                                                        Sinceramente
                                                                                                  Mariana Oropeza H.
                                                                                         Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 11 de junio de 2017

Demasiado expuestas...

¿Te ha pasado, que unos días o semanas después de sentirte muy ofendida o lastimada por alguien que hizo o dijo algo "malo", o que tuviste una discusión con una persona, teniendo por su puesto tu "siempre la razón", después de que lloraste y sufriste mucho por algo que pasó, te calmas, reflexionas, piensas y te das cuenta de que EXAGERASTE?
A veces,  creemos que todo gira alrededor de nosotros, y depende del estado de ánimo que nos domine en ese momento, es como reaccionamos.
Si estamos tristes, todo lo vemos color gris, todo nos afecta de tal manera, que pareciera que el universo se configuró en nuestra contra para hacernos llorar cada media hora. Si tenemos coraje sentimos que todos nos quieren ofender, ni siquiera dejamos que la persona con la que platicamos termine su frase, porque ya estamos defendiéndonos; todo nos irrita, cualquier situación nos hace salir de nuestras casillas y perdemos el control al mínimo comentario o actitud de un compañero de trabajo, de un vecino, de tu pareja y peor y más triste aun, de tus hijos.

Estamos demasiado sensibles y sobre todo: Demasiado expuestas a los comentarios y acciones de los demás! Todo nos afecta, todo tiene que ver con nosotros, yo, yo, yo.......
Si reflexionamos un poco, sería prácticamente imposible que todas las personas de nuestro alrededor vivieran para molestarnos, o se despertaran pensando como humillarnos y hacernos sentir mal. No es así, no puede ser... Y en caso de que así fuera, que no lo creo pero de todo hay en este mundo, no debería de afectarte.

Las personas ahí están, viviendo cada quien su vida, resolviendo cada quien sus problemas. No podemos cambiar al mundo entero, pero nosotros si podemos cambiar. Ese cambio tan importante para que seamos objetivas y tomemos las cosas como son: Como el comentario o la actitud o acción de una persona más, y no darle el poder a esa persona de dirigir tu día, tu semana, tu mes y toda tu vida, empieza de adentro hacia afuera..... Empieza por ti!

Todos los sentimientos de: Tristeza, dolor, enojo, frustración, impotencia, depresión y muchos más, nos afectan dependiendo del grado de fortaleza o debilidad que tengas. Con una mente fuerte y agradecida con la vida que tienes, no permites que NADIE, invada tu paz.

Si en ciertos momentos de la vida te sientes vulnerable a los comentarios de los demás, estás demasiado sensible, bajaste completamente la guardia y las defensas de tu mente. Es espantoso que algunos hombres (y a veces las mismas mujeres), nos ofendan diciendo que es cuestión "de cada mes".

Claro que podemos lograr una estabilidad emocional, para tomar grandes decisiones en el momento que sea, sin que los sentimientos exagerados que nos dominan ese día, las afecten. Por supuesto que a veces, no tenemos ganas de nada, estamos irascibles, tristes, etc. Pero en un nivel normal, sin que estos sentimientos nos dirijan el día.
Si crees que eres una persona que todo lo que le digan, quien sea, un familiar, un conocido, un amigo o un desconocido le afecta, puedes cambiar; puedes ver la vida de otra manera y disfrutarla más todavía. A veces solas no podemos, busca ayuda, ya lo he dicho varias veces y no me cansaré de repetirlo, mucha gente te está esperando con los brazos abiertos en los talleres de la escuela de tus hijos, en las dependencias del gobierno, en los templos, en un consultorio médico.

El poder de cómo quieres sentirte, lo debes tener tú, no los demás!

                                                                                                            Sinceramente

                                                                                                         Mariana Oropeza
                                                                                            Especialista en Bioneuroemoción



jueves, 25 de mayo de 2017

Nada justifica una infidelidad

Las personas que han sido infieles, al menos la mayoría, no salen a la calle un día muy decididas diciendo: ¡Desde hoy voy a buscar a alguien para ser infiel!
(Vamos a hablar de personas normales que no tienen un problema de infidelidad serio. No de hombres y mujeres que si viven buscando la oportunidad para serle infiel a su pareja).
Tu situación sentimental: La rutina, el maltrato físico y mental, el abandono emocional, los problemas económicos, la falta de atención de tu pareja, la inestabilidad, son factores que empiezan a crear desánimo en el matrimonio o en un noviazgo.
Los valores que nos inculcaron desde pequeños son un freno muy grande para evitar una infidelidad, sin embargo algunas veces cuando te das cuenta ya estás en medio de una relación de tres personas.
No supiste en qué momento llegaste ahí, todo fue tan despacio y tan inesperado, ni siquiera lo planeaste, cuando en algún momento después de tantos días y meses despertaste, ya tenías dos parejas. En el momento que adviertes la gravedad del asunto, quieres poner un alto y un freno y ya no se puede; quisieras regresar el tiempo y borrar todo,  despertar de esa horrible pesadilla pero  ya es demasiado tarde; el daño está hecho y no se puede dar marcha atrás.
Amas a tu esposo o esposa y a tus hijos y te diste cuenta que los lastimaste demasiado. No te queda más que resolver tan difícil situación. Pronto todo se sale de control, recuerda que tarde o temprano todo se sabe.
Este daño tan grave va creciendo poco a poco hasta que es muy grande...
Sin embargo, si existe un secreto para no caer jamás en ese juego:
¡NUNCA EMPEZAR¡
Evitar a toda costa todas las situaciones "peligrosas" que tal vez después de cierto tiempo y continuidad terminen en un engaño, es básico para no ser infiel. Para saber que una situación es "peligrosa" hay tres preguntas que debes hacerte:
¿Le puedo contar a mi pareja dónde estuve, con quién salí, y de qué platicamos?
¿Le puedo o le quiero contar a mi pareja, con quién estuve platicando largas horas por mensajes mientras el no estaba?
¿Esto que estoy haciendo, me gustaría que mi pareja lo hiciera?
Si no puedes decir, contar o platicar estas cosas, sabes perfectamente que está mal lo que estás haciendo y que tu pareja se va a enojar cuando se entere que las hiciste.
Todos tenemos amigos del sexo opuesto y nos llevamos súper bien con ellos, cuando le contamos a nuestra pareja lo que hablamos con ellos, algo gracioso que dijo y nos hizo reír mucho, un problema grave que tiene y que nosotros le estamos ayudando a resolver, todo está bien, porque sabemos que no se va a enojar cuando le platiquemos porque no estamos haciendo nada malo. Incluso si nuestra pareja lo hiciera por alguien más tampoco nos enojaríamos.
Algunas de las situaciones "peligrosas" que deberíamos evitar hacerlas demasiadas veces, con amigos del sexo opuesto son:
Quejarte de tu pareja.
Salir a comer o cenar  fuera del trabajo.
Ser el pañuelo de lágrimas de alguien.
Platicar de cosas muy personales con gente de tu trabajo en fines de semana o cuando no estés trabajando.
No decir que algo te está incomodando y poner un alto inmediatamente de que esto sucede.
Desayunar, comer o cenar todos los días con alguien, la costumbre puede convertir en amor algo que sólo es amistad.
No abras esa puerta, sigue tu sentido común. Si no eres feliz en tu matrimonio o en tu noviazgo has algo por cambiarlo, si no puedes aléjate y sigue tu camino. No es justo hacer tanto daño, sobre todo a las personas que nos aman.  Recuerda que nada, nunca........ ¡Justifica una infidelidad!
                                                                                                            Sinceramente
                                                                                                        Mariana Oropeza
                                                                                        Especialista en Bioneuroemoción

viernes, 12 de mayo de 2017

¿Por qué ya no hay caballeros?

Algunas mujeres nos quejamos de que actualmente, ya no hay caballeros. De que los hombres cada vez son menos formales, menos detallistas y que ahora ya no le ponen tanto empeño a conquistar a una mujer. Creemos que se están volviendo insensibles y que aquellos tiempos en los que el hombre buscaba la manera más perfecta para enamorar a una mujer, quedaron en el olvido.
Me di a la tarea de preguntar a algunos hombres,  por qué ya no había caballeros. Su respuesta (la de casi todos), me dejo fría: "Porque ya no hay damas". Así de simple y tajante me contestaron. No tuvieron que pensar mucho y sin generalizar, creo que tienen razón.
Hace muchos años, las mujeres tenían que ir al "ritmo de conquista" del muchacho en cuestión; el, según viera la reacción de la muchacha, iba avanzando poco a poco hasta enamorarla para que le diera el sí, pero para ser novios nada más. Para ir más lejos que tomarse de la mano, darse un que otro beso y al final para casarse, tomaba mucho más tiempo que ahora.
Como todo, las cosas fueron evolucionando y todo se volvió más liberal. Sin embargo hasta hace unos veinte años, todavía los hombres buscaban la manera de conquistarnos. En cuanto les gustaba alguien, iniciaban el gran proceso para hacerla su novia. Preguntaban a sus amigas sus gustos, sus intereses, se hacían los aparecidos en su casa. Quedaban bien con la mamá, sabían que si la mamá los quería, ella los defendería del "suegro" (esa parte era muy importante, ya que tendrían todos los permisos para ir a bailar, al cine o a cenar). Les hablaban por teléfono con un buen pretexto. Empezaban a salir y después de un tiempo que "ellos" creían correcto les declaraban su amor.
Ahora tooodo es diferente!
Nosotras queremos llevar la batuta y decidimos cuándo y cómo empieza la relación. Nosotras nos las arreglamos para que nos invite a cenar, a bailar o al cine. Nosotras buscamos a sus amigos para que nos ayuden a conquistarlo, nos hacemos presentes a lo largo de todo el día. Mandamos mil mensajes por todos los medios posibles, y si no nos contesta le marcamos por teléfono con cualquier pretexto para saber que pasó. Somos obvias y no nos importa, simplemente porque así se usa y así lo hacen casi todas las demás. Y si no nos busca, o no  habla o no manda mensajes, nosotros seguimos en la conquista, y si se va de viaje, no importa, nosotras vamos detrás de ellos también. No entendemos las señales tan directas de que simplemente, ¡No les interesamos como novia!
Ahora las mujeres se comportan como hombres. Hablan como hombres, piensan como hombres, bailan como hombres, fuman, toman alcohol y comen como hombres,  trabajan como ellos y  ligan como hombres también. Tal vez los hombres, estén interesados en alguien que no sea tan parecido a ellos. Alguien que sea diferente y que puedan proteger y conquistar a su manera y a su ritmo.
¡Pero ya no pueden!
Poco a poco les quitamos ese "control" sobre las relaciones. Ya no tienen nada de que preocuparse, ni de quedar bien con la familia, ni de quedar bien con sus amigas y buscarlas para saber más de ella. Les quitamos el poder de sorprendernos con un detalle o con un regalo especial. Simple y sencillamente porque queremos que las cosas salgan justo como nosotras pensamos .
Y si empezamos a cambiar la cosas. Si en lugar de buscarlos, esperamos a que nos busquen, si a un hombre le gustas, hará hasta lo imposible por buscarte, lo puedo asegurar. Si dejamos, dándoles tiempo y espacio, que se les ocurra como nos quieren conquistar.
Si ya estamos casadas, con nuestro comportamiento podemos hacer que  nuestro esposo nos sorprenda! Que recuerde cómo nos conquistó!
Y si todavía eres soltera, deja que tu pareja sea un caballero. Tal vez ellos se tomen más tiempo para invitarte a salir o para darte un anillo de compromiso; déjalo que piense, déjalo que se le ocurran cosas y que organice todo a su manera. Probablemente estás pensando: No, porque si me espero me lo ganan. Los hombres no son asientos de conciertos que se ganan o se pierden. Si eligió a otra mujer en lugar de a ti, no fue porque ella te lo ganó, si no es un concurso, es porque NO LE INTERESAS!
  ¡Deja que te conquiste....... a su manera!
                                                                                                            Sinceramente
                                                                                                        Mariana Oropeza
                                                                                            Especialista en Bioneuroemoción

domingo, 30 de abril de 2017

Un maltrato sin golpes...

La mayoría de las cosas que sabemos que están mal, no las decimos. Ni a nuestras amigas, ni a nuestra familia. Bueno, si se las contamos a nuestra "mejor amiga". Esa amiga taaaan linda que siempre te dice que lo que haces, aunque tu sepas perfectamente que no, está muy bien. Esa amiga "tan comprensiva" que a todo te dice que si. Que está en contra de todo lo que te aconseja tu familia y tus reales amigos. Esa amiga que dice solo lo que quieres escuchar. 

No regaña, no pone en tela de juicio nada de lo que haces, no cuestiona.... 
Sabes? Ella no es tu amiga! 

Nuestra voz interior nunca miente. Simplemente la mandamos callar y no la dejamos que se exprese. Cuando estés tan aturdida y de verdad no sepas si una relación que tengas está mal, o te está haciendo daño, solo pregúntate: Les voy a contar esto a mi familia y a mis amigos?

Creemos que el maltrato dentro del matrimonio, en primera nunca nos va a pasar y en segunda, que sólo ocurre físicamente. Inmediatamente que pensamos en una esposa o novia maltratada nos imaginamos golpes, moretones, jalones,  cosas rotas y aventadas por toda la casa. 
Sin embargo esta es solo una de tantas maneras que puedes ser víctima de maltrato dentro de una relación.

Algo que duele mucho más o igual que los golpes, son las ofensas. Las groserías dichas con mala intención, pero sobretodo las ofensas que te hieren muy dentro. Esas a las que poco a poco te vas acostumbrando hasta creer que es normal que tu pareja te las diga, incluso hasta creer que es verdad lo que te dice. A lo largo de los meses y de los años, tu autoestima va desapareciendo muy lentamente, y si no te das cuenta a tiempo de lo que está viviendo, llegas a ser solo una sombra  de lo que eras antes de empezar esa relación.

Estás gorda.
Pareces vaca.
Tus piernas parecen hilos colgando.
Pareces tanque estacionario.
Pareces centro de lavado.
Te ves súper vieja.
Tu comida parece de fonda.
Tu trabajo cualquiera lo puede hacer.
Que fea eres.
Que quieres, que tus hijos terminen vendiendo cosas como tú?
Ya estás vieja para andar haciendo eso.
Ya pasó tu tiempo.
Por que no te vistes como fulanita?
Aprende, mira que guapa está.
Pues como ella si estudió, merece algo mejor.

Y la lista puede seguir y seguir y seguir....
Todas hemos tenido peleas o discusiones dentro de nuestra relación, y hasta nosotras hemos dicho cosas de las que después nos arrepentimos. Cuando nos disculpamos mutuamente y ya no vuelve a pasar, la relación sigue de manera normal. 

El problema existe, cuando frases como estas te las dicen todos los días, a todas horas. NO LO PERMITAS! No te acostumbres a que eso pase. La primera ofensa es culpa de tu pareja, la segunda ofensa y las demás, son culpa tuya, por permitírselo. Esta situación no aparece de la noche a la mañana, claro que no te va a soltar toda la letanía ofensiva recién se conocieron, o se hicieron novios o se casaron. 

El va avanzando según tú le vayas dando permiso de hacerlo. Cuando no sepas si te está ofendiendo solo intenta contárselo a alguien que te quiere mucho, si no lo puedes hacer porque sabes que su respuesta será: Por qué se lo permites??!! Entonces tu pareja te está maltratando psicológicamente.  Has algo por ti misma! Cambia esa relación, y si ya es demasiado tarde y no tiene remedio, salte de esa relación. Pide ayuda, toma las riendas de tu vida, no te conviertas en una sombra gris! 

El que la relación no tenga remedio, no significa que tú no tengas remedio! No esperes a que sea demasiado tarde. NO SE LO PERMITAS.


                                                                       Sinceramente


                                                                     Mariana Oropeza
                                                   Especialista en Bioneuroemoción®

martes, 18 de abril de 2017

Un secreto

¿Te ha pasado que estás haciendo algo nuevo, o teniendo una relación nueva y no lo quieres contar?
Salvo escasas excepciones, en donde la privacidad es importante y realmente no quieres ni tienes por qué contarle a tus amigos a tu familia algo nuevo que está ocurriendo en tu vida, no lo dices simplemente, porque sabes que está mal.
Muchas veces ni siquiera queremos escucharnos a nosotras mismas, porque sabemos que la respuesta de nuestra conciencia no va a ser la que esperamos.
Por ejemplo: Tener una relación con un hombre casado.
Tu puedes decir que está bien lo que haces, que te ama, que su esposa no lo comprende, que tu si lo haces feliz, que su matrimonio ya no tenía remedio, que ya no se querían desde antes de que tu llegaras a su vida. No te das cuenta pero cada vez que repites una frase como esta, solamente te estás justificando.
No conozco a nadie, pero seguramente debe haber alguien que lo diga abiertamente y esté orgullosa de su vida y que cada vez que tenga oportunidad, así como cuando presumimos que tenemos novio, dice que su pareja está casado con otra mujer.
Las demás mujeres, no lo dicen. Te imaginas llegar a casa de tu familia a presentarles a tu novio y les digas: Les presento a mi novio, está casado con otra mujer pero a mi es a la que ama. Se supone que no nos debe importar lo que piensen los demás incluyendo tu propia familia, sin embargo yo creo que vivimos en una sociedad y como tal tenemos que convivir, sobre todo con la gente que nos ama.
La frase que sigue a: ¡A mi es a la que ama! Todas sabemos cual es: ¿Y por qué no está contigo?
Creo que no hay peor ciego, que el que no quiere ver. Yo he escuchado de algunas amigas las excusas  más increíbles que te puedas imaginar. Y si crees que la excusa que te dijo tu pareja es perfecta y que el pobrecito sufre mucho porque no está junto a ti, estás en un error.
Que tal:
Es que mis hijos están enfermos y no los puedo dejar.
Es que mi esposa está enferma y si me voy se muere y no quiero cargar en la conciencia a la madre de mis hijos.
Es que mi suegro me quitaría todo el dinero y pues como te voy a mantener.
Es que ya solo espero que pase Navidad.
Es que tengo que terminar de pagar la casa para quitársela y dártela a ti.
¿Te suena conocido?
El hombre que quiere estar junto a ti, está junto a ti, el que no está contigo es solamente ¡PORQUE NO QUIERE!
No desperdicies tu vida con un hombre que ni siquiera puede salir contigo a la luz del día a hacer el súper o a tomar un café.
¿Sabes? Mereces más que eso. ¡Mereces a alguien que esté orgulloso de ti! !Mereces a alguien que te ame sin esconderse! !Mereces a alguien que te valore y te presente ante todos y todas como su novia¡
Para encontrar ese hombre existe un secreto: ¡ESTÁ ORGULLOSA DE TI MISMA! !VALÓRATE A TI MISMA! ¡MERÉCETE A TI MISMA! No te conformes con las migajas de otra, lo que empieza mal, mal acaba y la vida da muchas vueltas, tarde o temprano tu serás la esposa que sospecha que su esposo tiene una relación con alguien. 
La vida es muy corta y no vale la pena desperdiciarla en alguien que simplemente, no te quiere. Busca ayuda, no vivas escondida, sal de tu encierro y ¡VIVE!
                                                                                                     Sinceramente
                                                                                                  Mariana Oropeza
                                                                                    Especialista en Bioneuroemoción®

martes, 4 de abril de 2017

Tocando fondo

Las cosas malas que pasan a lo largo de nuestra vida y nos afectan directamente, tarde o temprano nos acercan a la madurez, nos hacen valorar más las cosas y al final nos queda una enseñanza o una renovación en nuestra manera de ser, de pensar o de actuar.
Durante la "tormenta" se activan todos nuestros sentidos, sacas fuerza de donde no la tienes y haces cosas que pensaste que no podrías hacer. Obligamos a nuestro cuerpo a dormir menos, a comer menos, a estar activo 20 horas al día. Todos los cuerpos aguantan, todas las mentes aguantan, todos los corazones aguantan. Somos fuertes por naturaleza.
Después de que ha pasado la tormenta te das cuenta que, gracias a Dios pasó eso porque te previno o te cuidó de que no pasara algo peor. O tal vez, sólo ya pasó.
 Poco a poco el tiempo va poniendo en su lugar las cosas y la calma va llegando, hasta que por fin, todo vuelve a la "normalidad".
Yo creo que muchas de esas malas experiencias, son fuertes sacudidas que nos da la vida para despertar, para reaccionar, para seguir adelante. Para corregir el rumbo o para acelerar o desacelerar la carrera de nuestra historia.
Sin embargo también creo que a veces no es necesario llegar a "tocar fondo" para resurgir.
¿Por qué tenemos que esperar a que una situación ya no tenga remedio para cambiarla? ¿Por qué tenemos que esperar a que el esposo nos mande al hospital de una golpiza para irnos de su lado,  después de muchos otros golpes que solo terminaron en moretones? ¿Por qué esperar a que tus hijos tengan días sin comer, para buscar un trabajo y para tomar las riendas de tu vida  porque tu esposo no te da dinero para comprar comida?
¿Por qué esperar a que te despidan de un trabajo en el cual, te tratan mal, te pagan mal y además descuidas todo lo demás por estar ahí? ¿Por qué esperar a que lleguen las consecuencias de algo  que sabes perfectamente que está mal hacerlo? ¿Por qué esperar a que pasen años y años de llantos, abandono, soledad y desprecio de tu pareja para dejarla?
CAMBIA YA!
Dicen que nadie experimenta en cabeza ajena, y que el dolor es necesario para crecer. Yo no lo creo así. Creo que la vida es hermosa y nosotros la hacemos difícil, creo que la vida es perfecta y nosotros la complicamos. He aprendido que si le quitamos el toque de tragedia a las cosas todo es más fácil y se sobrelleva mejor. Y estoy segura que una reflexión cada cierto tiempo, de dónde estamos,  hacia dónde vamos y hasta dónde queremos llegar, nos hará sufrir menos.
Una buena señal es darte cuenta de las cosas que no te gustan. No somos mártires, no tenemos porque vivir toda la vida haciendo cosas que nos desagradan, ¿Por qué? No es justo desperdiciar el tiempo, ni el nuestro y mucho menos el de los demás.
Redirecciona tu vida, pide ayuda, busca hacer lo que te gusta, define prioridades, ya basta de pretextos. Vamos a cambiar, antes de llegar a tocar fondo.
                                                                                         Sinceramente
                                                                                     Mariana Oropeza H.
                                                                          Especialista en Bioneuroemoción®

lunes, 27 de marzo de 2017

Definiendo prioridades

Cuando eres soltera, tienes la enorme ventaja de que todo, absolutamente todo tu tiempo, realmente es tuyo. Tu trabajo, tus estudios, el tiempo para dormir y descansar, para divertirte o solo para no hacer nada.
Pero cuando tienes hijos y un esposo que atender, la cosa cambia. Cuando tienes tu familia propia, ya no eres dueña de tu tiempo, tienes otras responsabilidades y tu tiempo libre es muy limitado.
Por eso para organizarte mejor y para no descuidar lo más importante para nosotras, que es la familia, debemos: Definir nuestras prioridades.
Por supuesto que el trabajo es lo más importante, sin embargo podemos "robar" un poco del tiempo que dedicamos a nuestros hijos y esposo para hacer algo que nos gusta  y  disfrutamos mucho. 
El problema empieza, cuando ese poco de tiempo restado a nuestras responsabilidades como mamá o esposa, se vuelve, demasiado tiempo. Y nuestra presencia dentro de la casa se vuelve cada vez menor.
Conozco mujeres que a pesar de que ya se pueden ir a su casa, cuando la jornada laboral termina, no lo hacen. Al contrario adelantan cosas para el otro día o buscan a quien ayudar con su trabajo. No les gusta llegar a su casa o hacen tiempo para que la persona que cuida a sus hijos, les de cenar y los duerma, para así sólo llegar a dormir. Claro que están cansadas, ellas y las miles de mujeres que ayudan  su esposo con el gasto de la casa o que por alguna circunstancia se convirtieron en mamá y papá a la vez. Sin embargo, cuando la prioridad, por ejemplo, son tus hijos, no hay cansancio o tedio, que  haga retrasarte un minuto saliendo del trabajo para ir corriendo a verlos.
Otra distracción en la que se excusan algunas mujeres para no prestar la debida atención a su familia, es la religión. Cualquiera que esta sea, le dedican la mayor parte de su tiempo. Todos los días van a la iglesia, a veces no hay nada que hacer pero ellas buscan algo en que entretenerse. Yo creo que Dios no va a estar contento con alguien que dejó a sus hijos sin comer, a su esposo sin atender y su casa sucia para estarse todos los días,  la mañana y la tarde en la iglesia, dándose golpes de pecho o viendo a ver que se ofrece, en lugar de estar al pendiente de sus obligaciones.
Si te das cuenta, las excusas son buenas y tienen un excelente fin. No estás con tus amigas, ni estás paseando por ahí, perdiendo el tiempo. Son pretextos perfectos: Estoy con Dios, estoy trabajando o estoy haciendo ejercicio. El ejercicio o ayudar a la iglesia, son cosas excelentes para hacer en tu tiempo libre, pero cuando caes en el exceso, empiezas a descuidar lo que pareciera que debería ser lo más importante para ti.
Hay mujeres que hacen ejercicio en la mañana y en la tarde. Jamás pospondrían una rutina por algún compromiso familiar. Toda la organización familiar gira en torno de esa actividad, nadar, correr, andar en bici.... por ejemplo, los domingos en las mañanas cuando la pareja despierta y estira el brazo para el otro lado de la cama, ya está vacía. Tu esposo se va acostumbrando a que tiene que hacer las actividades diarias sin ti, porque no se puede contar contigo para nada. En este caso tu prioridad, es el ejercicio. 
Este blog está dedicado a las mujeres, sin embargo este artículo lo podemos aplicar tanto en ellas como en los hombres. Cuando eres parte importante de una familia como el papá o la mamá, no puedes decidir sobre todo tu tiempo, todos juntos son un equipo y aunque cada quien debería tener una actividad divertida, no debe invadir el tiempo que debe ser dedicado a los demás.
Cuando empiezas a definir tus prioridades, te das cuenta de qué es realmente lo más importante para ti. Cuando reconoces que por ejemplo, la religión o el ejercicio son más importantes para ti que tu familia misma, puedes alejarte para siempre de tu familia, pero de un jalón, no poco a poco, haciendo sufrir y desesperando cada día,  a cada integrante de la familia, que lo único que quieren es estar más tiempo contigo.
Cuando definimos prioridades las cosas toman su lugar más pronto, ya que tarde o temprano la relación si sigue así va directo al fracaso.
¡Vamos a reconocer lo que realmente es importante para nosotras, así, lo que hagamos lo vamos a hacer con más cariño y entusiasmo! 
                                                                                              Sinceramente
                                                                                           Mariana Oropeza H.
                                                                               Especialista en Bioneuroemoción®