domingo, 13 de agosto de 2017

Trata a tus hijos como si fueran visitas!

En ciertas ocasiones, me ha tocado ver, la relación que tienen algunas personas, que son demasiado amables fuera de su casa, con su familia más cercana. No lo puedes creer. Pareciera que se transforman en otra persona. Si les contaras a sus hijos, papás o esposo lo lindas personas que son, no te lo creerían, pensarían que estás hablando de alguien más.
¿Por qué vivimos enojadas con nuestros hijos o esposo y pareciera que estamos increíblemente felices con nuestras amigas o con los compañeros de trabajo? Y aplica igual para el señor de la casa, es un dulce en la calle y se convierte en un ogro en el momento que tiene a su familia enfrente.
No creo que sea justo para tu familia que las demás personas sean las que disfruten tu lado amable. Es cuestión que entres a tu casa para que te transformes. Se supone que debería ser al contrario, tu casa es tu "nido", es donde somos felices, donde estamos tranquilas y a pesar de nuestra situación, (que no me cansaré de repetir: Si no te gusta "cámbiala"), debemos tener la mayoría del tiempo nuestra mejor cara.
Tal vez pienses: "Si tuvieras a mis hijos dos minutos, seguro te volverías un ogro también" "Si escucharas a mi esposo, te pondrías de malas inmediatamente" "Si vivieras donde yo vivo, no quisieras ni llegar a dormir" ¿Sabes? Todas escogimos a nuestro esposo y temo decirte, que los hijos son un reflejo nuestro, así de sencillo. Siempre me he imaginado que cuando nacen, son como bolitas de masa que nos manda Dios, y nosotras las vamos moldeando poco a poco.
¿El resultado? Los hijos que tenemos ahora.
No rechaces a tus hijos, a tu esposo o a tus padres, aunque no lo digas, tu actitud lo dice todo; eso si les afecta tarde o temprano, la autoestima no perdona y todo lo que hacemos y decimos se ve reflejado en los niños, probablemente cuando te des cuenta, será demasiado tarde para tratar de corregir algo.
Estar de mal humor todo el tiempo dentro de tu casa, es un claro rechazo de tu entorno, y por muy pequeños que sean tus hijos, lo notan. Lo más triste es cuando se dan cuenta de tu gran sonrisa cuando estás con las demás personas. Te aseguro que aunque no lo digan es muy, muy desmoralizante para ellos.
Una buena idea para empezar a cambiar es:
Tratar en algunas ocasiones a tu familia, como si fueran visitas.
Por ejemplo, si algún hijo de una amiga tuya, tira el vaso de agua en la mesa y ensucia todo el mantel, estoy segurísima que no le vas a gritar o a pegarle, ni lo vas a dejar sin comer, ni lo vas a poner a lavar el mantel con gritos y empujones. Probablemente, le digas que tenga más cuidado, y todos seguirán comiendo tranquilos.
Si una visita fuma dentro de la casa, no le vas a aventar un zapato ¿Verdad?, ni le vas a gritar y a decirle que ya le dijiste mil veces que no fume dentro de la casa, que ya te tiene harta, que para qué te casaste y cosas por el estilo.  Tal vez le digas amablemente, que en tu casa no fuman adentro que lo acompañas al jardín o al patio, a terminar su cigarro.
Podemos hacerlo, podemos ser tan tolerantes con nuestra familia como lo somos con las visitas. Tendrás más armonía en tu hogar. Recuerda que todo es un ciclo y que si llegas enojada a tu casa, inmediatamente todos se ponen de mal humor. Intenta llegar con un carácter amable; sí, es difícil, sobre todo después de un día de trabajo muy pesado y cansado, después de muchas horas de estar de pie, de lidiar con gente espantosa.
Tu familia no tiene la culpa, ellos te esperan, quieren contarte cosas, quieren que los abraces y estar pegados a ti, seas papá o mamá.

Aprendamos a vivir con tolerancia y amabilidad en nuestro hogar. ¡Te prometo que tendremos hijos más tolerantes y amables!. 


                                                                                                       Sinceramente

                                                                                                  Mariana Oropeza H.
                                                                                       Especialista en Bioneuroemoción

1 comentario:

Sandra Poza dijo...

Que bonito dices todo y la forma en que propones el cambio es perfecta!! mil gracias por el consejo Mariana! te envío un fuerte abrazo de una admiradora desde Panamá!