¿Cuántas veces has pensado en divorciarte? ¿Cuántas veces has imaginado estar "libre" para disfrutar nuevamente tu vida? No es que no te guste estar con tu pareja, simplemente crees que necesitas algo diferente, sientes que necesitas evolucionar.
Después de varios años de matrimonio, empiezas a querer algo más; empiezas a aburrirte de lo mismo, y buscas por todos los medios separarte de tu pareja, el pretexto es lo de menos. Le pides el divorcio por incompatibilidad de caracteres, por desamor, porque "no eres tú, soy yo" y otros argumentos más.
Al fin firman los papeles y estás ¡Legalmente libre!
¡Ahora si! Piensas, a vivir la vida. Voy a "agarrar, mi segundo aire".
Empiezas a llamar a tus amigos y claro que saldrán contigo, tu vas en plan de ligar obviamente.... ¡Ya puedes ser feliz!
Las primeras veces no serán tan "ligadoras" como te lo imaginabas, pero no importa, apenas estás agarrando vuelo y recordando cómo lo hacías cuando eras joven. Te emociona la fiesta, salir y conocer los antros de moda, ya no tienes a nadie que te está reclamando que volviste a salir, si apenas lo hiciste hace ocho días.
Tus amigos o amigas de siempre tal vez te sigan el ritmo un par de meses, pero nada más; ya no pueden o ya no quieren seguirte el ritmo, ellos si tienen una pareja con la que quieren salir, o con la que quieren quedarse en casa a ver una película.
Empezamos a buscar nuevos amigos, pero no encajamos del todo porque o están muy jóvenes o están casados. Te das cuenta que las cosas no son como creías que iban a ser; no es como antes, no eres el alma soltera de la fiesta y no es tan fácil ligar como lo habías planeado. Estabas completamente seguro o segura, de que al tener "libertad" ibas a andar con muchos amigos y a tener novio o novia fácilmente como cuando eras joven. Pensabas que todo iba a ser diferente y que agarrar tu segundo aire sería la cosa más increíble y fácil del mundo.
Después de varios meses, te empiezas a sentir igual de vacío o insatisfecho que antes. Te das cuenta de que estás igual que cuando estabas "atado" pero ahora estás solo. Sin pareja que te cuide o que te reclame que pasas pocas horas junto a él o ella.
Con tanto tiempo para pensar, descubres que, sólo necesitabas reconsiderar las cosas que te importan, que te alegran, y sobretodo descubrir las cosas que tienes que cambiar tú, no tu pareja o tu situación.
Antes de dar el gran paso y decirle a tu pareja, que quieres el divorcio porque necesitas algo diferente, busca ese cambio dentro de ti, cuando cambias tú, cambia tu entorno completamente.
Después de un buen proceso de "ubicación" podemos agarrar nuestro segundo aire.... pero con la misma pareja, disfrutando y agradeciendo todos los años y todas las experiencias que hemos pasado juntos y sobretodo con alguien que elegimos para vivir... hasta que la muerte nos separe!
Sinceramente
Mariana Oropeza
Especialista en Bioneuroemoción
Especialista en Bioneuroemoción
No hay comentarios.:
Publicar un comentario