No existe mujer más vulnerable, que la que acaba de tener a su primer bebé. Lees libros, pides ayuda, vas a cursos y tus amigas te dan consejos. Sin embargo, nada se compara a cuando tienes en tus brazos a tu primer hijo.
Tal vez eres de las mujeres que cuando tienen un bebé todo es tranquilidad y calma. Casi no subiste de peso, nada te angustia, tu bebé duerme casi toda la noche, darle de comer, bañarlo y cambiarlo es de lo más normal para ti, y tu tiempo y tu arreglo personal son los mismos que antes.
Sin embargo, para la mayoría, no es así. El hecho de que las mujeres tengamos hijos, no debería influir en cómo te trate tu esposo, tu suegra, las enfermeras, los doctores y la gente que te va a visitar al hospital. Los dolores, las emociones a flor de piel, la incertidumbre de no saber qué te van a hacer, todo eso es normal para los demás. Incluso las que ya tuvimos hijos olvidamos esos momentos y formamos parte de las personas que piensan que "no pasa nada".
En ese momento piensas: ¡Todas han tenido hijos... menos yo!
Todos opinan, todos dan consejos, te da miedo opinar o hacer algo porque tal vez te juzguen de exagerada, o por el contrario, de irresponsable. A tu esposo también le toca su dosis de consejos, entre su mamá y sus tías ya no sabe a quién hacerle caso. Te ve desvalida en la cama del hospital, pero después de todo lo que escuchó, piensa: "es normal tener un bebé".
Un secreto para disfrutar al máximo a tu bebé y sentirte bien, es olvidarte por completo de las personas que están a tu alrededor, los que importan son tú, el bebé y tu esposo.
Ustedes tienen el derecho de elegir los consejos que les gusten y los que no desecharlos. Tienen el derecho de no recibir visitas en el hospital, de no abrir la puerta de su casa cuando quieran descansar, de pedir ayuda y escoger en qué quieren que los ayuden. Cuando alguien te ayuda a bañar al bebé, lo agradeces mucho.... Pero después de que pasan las horas y la amiga, suegra o prima, sigue sentada platicando de cosas que no te importan, te arrepientes de haberle pedido ayuda.
Las mamás que acaban de tener un bebé están disculpadas de todo. De no arreglarse, de no bañarse, de no salir. Cuando solamente tienes media hora libre, cuando el bebé está dormido, tienes que priorizar: O te bañas, o comes o vas al baño, imagínate además, estar pensando en quedar bien con las demás personas.
Siempre he pensado que el tiempo del embarazo, la cuarentena y los primeros meses del bebé, son una prueba muy grande de amor que te regala tu esposo y pocas veces la valoramos. Los cambios de humor, el que ya no sea él lo más importante en nuestra vida, la espera...
Ellos también pasan por una etapa difícil, diferente a la de nosotras pero no menos importante. Nuestro trabajo es que el bebé coma, duerma, respire, no tenga frío o calor, que no se enferme y que tenga paz.
¿Haz pensado en el trabajo del papá?
A veces nos enojamos porque, no nos hace caso cuando le decimos que el bebé está enfermo. La realidad es que sí nos está escuchando, pero él está pensando en cuánto va a costar la consulta del pediatra y le está sumando las medicinas y los estudios que necesite.
Cuando le dices que viste unas clases hermosas de estimulación temprana, él está haciendo cuentas de cuánto costarán.
Cuando le dices que está enorme y que creció 2 cms. El piensa en que le tiene que comprar ropa.
Sus preocupaciones son otras: Ser un ejemplo para él, cuidarlo de los peligros que hay en la calle, proveerlo de todo lo que necesite. Recuerda que él también es papá primerizo y tiene miedos, angustias y además no lo puede demostrar porque es la persona fuerte de la casa.
Para que tu bebé esté bien, tú tienes que estar bien. Después bajas de peso, después quitarás la flacidez, que a todas nos queda por cierto, después limpiarás profundamente tu casa y volverá a quedar como espejo. Son sólo dos o tres años el tiempo que tienes para ti y tu bebé.
Cuando entran a la escuela, las cuatro horas que están ahí será un gran premio para ti y podrás hacer muchas cosas.
¡Disfruta mucho a tu bebé, comprende mucho a tu esposo y haz absolutamente sólo lo que puedas hacer!
Sinceramente
Mariana Oropeza
Especialista en Bioneuroemoción®