¿Te has fijado cómo platicas?
Si no lo has hecho, pon atención a cómo lo haces cuando estás en medio de una conversación con alguien que sea parte de tu entorno social, tu familia, tus amigos, tus alumnos o tus vecinos. ¿Escuchas con atención lo que te está diciendo la otra persona? O solo recibes el mensaje pensando en ese mismo momento qué es lo que vas a contestar.
A veces vivimos sólo para nosotros y para ver que provecho le podemos sacar a todo, hasta a una plática. Peor si estamos enojados, aunque la persona que tengamos enfrente no tenga la culpa, buscamos inconscientemente alguna palabra que nos haga terminar de explotar y desquitarnos con ella.
Esa persona no tiene la culpa de tu enojo. Si te está platicando algo es porque le interesa compartirlo contigo, le interesa tu opinión. No quiere que la juzgues, que debatas su posición, que la corrijas o la eduques. A menos claro que ella te lo pida.
Pensamos que solo nuestros problemas y situaciones importan. Nos da flojera escuchar la vida de lo demás simplemente porque no es la nuestra. Sin embargo, si tenemos una oportunidad para sacar algo bueno de esa plática, entonces sí nos importa.
Hay personas que son del club de la del llanto perpetuo, y siempre les pasa algo, sobre todo malo. Y pues ya está acostumbrada a que le pregunten ¿y ahora cómo te ha ido? Cuentan por mil horas lo mal que les fue esa semana, ese día y por supuesto sus pronósticos de desgracias para los próximos días también forman parte de su monólogo.
Recuerda que el que la demás gente no viva quejándose de lo que le pasa, no significa que viva en una nube color de rosa. Es importante también para ellos que les preguntes ¿ý tú cómo estás? Nada más que tu intención y tu atención no debe acabar al terminar esa pregunta. Debemos interesarnos por lo que el otro te está contando sin pensar que le vas a contestar... sólo escucha.
Se vale no querer hablar con alguien, se vale que no te guste lo que dice, se vale no estar de acuerdo con todos los demás, entonces vivamos en coherencia y haz también, que no se valga sólo utilizar a las personas de confesores personales a tu conveniencia.
Todos somos uno, cuando dejemos de pensar que vivimos separados de los demás y que lo que hagamos o hagan los otros no nos afecta, nuestro mundo será mejor, más coherente y más unido.
Sinceramente
Mariana
Se vale no querer hablar con alguien, se vale que no te guste lo que dice, se vale no estar de acuerdo con todos los demás, entonces vivamos en coherencia y haz también, que no se valga sólo utilizar a las personas de confesores personales a tu conveniencia.
Todos somos uno, cuando dejemos de pensar que vivimos separados de los demás y que lo que hagamos o hagan los otros no nos afecta, nuestro mundo será mejor, más coherente y más unido.
Sinceramente
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