Como sociedad, al igual que de manera personal, creemos que somos perfectos, que lo merecemos todo y que el gobierno de nuestro país, nos tiene que proporcionar absolutamente todo.
Cuando estaba en la universidad, una maestra nos dijo: "cada país, tiene el gobierno que merece". En ese momento no lo entendí, ni siquiera lo creí, ¡Cómo era posible que nos mereciéramos tanto mal!
Al pasar de los años y al entender que cada persona crea su propio destino y sobre todo, que todo lo que está a nuestro alrededor es una proyección de nosotros mismos... lo entendí.
Hay mucho daño en la sociedad, mucha violencia, muchas carencias, económicas, afectivas y morales... Y pensamos "mira el gobierno cómo nos tiene" "queremos un cambio radical" (creyendo que cambiando de partido político cambiarán las cosas) "así nos tocó vivir" "los gobernantes han hecho así a nuestro país".
Lo peor es, que los que más se quejan, son los que más afectan al entorno.
¿Quién se queja? ¿Quién exige?
-El señor de 40 años que pasa más de la mitad del día en el teléfono compartiendo "memes" burlones de personas que trabajan en el gobierno; y no lo hace más tiempo porque tiene que dormir y que comer, por supuesto a expensas de algún familiar caritativo, ya que el trabajar simplemente, no se le da...
-El vecino que no paga el mantenimiento.
-El barrendero que barre mal.
-El dueño de la tienda que atiende mal.
-La empleada del cine que no sabe hacer su trabajo.
-El gerente de una gran empresa que trata mal a sus empleados.
-La señora que le ruega al policía para que no la multe por pasarse el alto.
-Los que se estacionan en lugares para discapacitados estando completamente aptos para caminar.
-El que no vota.
-El que no va a las juntas de la escuela.
-La mamá que se burla de las maestras de sus hijos quitándoles autoridad.
-Las chismosas.
-Las que por ahorrarse un alto se atraviesan por una gasolinera.
-Las que detienen veinte carros atrás, para comprar unas papitas afuera de la escuela.
-Los meseros que no hacen bien su trabajo.
-Los que tienen trabajo por "palancas".
-Los que tienen beca en el colegio sin merecerla porque son amigos del director.
-Los que siguen platicando de carro a carro sin importar el tiempo de las personas que no pueden avanzar.
-Los que dan dinero por una plaza de trabajo.
-La que es infiel.
-El que es infiel.
-El que no respeta las señales de tránsito.
-Los que se estacionan enfrente de una cochera ajena, aunque sea "un minutito".
-Los que encuentran algo y no lo devuelven.
-Los empleados de la taquería que siempre ponen incompleta la comida para llevar.
-El que abusa de su poder.
-El que abusa de su tamaño.
-La que abusa de su físico perfecto.
-Los que quince minutos antes de su salida del trabajo ya no contestan el teléfono, no les vayan a dejar más trabajo.
-Los que no se acomiden.
-Las mamás que no revisan la tarea de sus hijos.
-Los que hacen todo para obtener las cosas sin tener que trabajar.
-Las que se escudan en ser víctimas y de ahí no las sacas; claro, si lo dejan de ser tendrán que convertirse en mujeres responsables y para eso lo primero que hay que hacer, es trabajar.
-Los que reparten las cosas que les dan para los pobres, entre su familia, con el pretexto de que "también son pobres" (nunca lo serán más que las personas que viven en la sierra).
Y sobre todo los padres que permiten que sus hijos abusen y hagan cosas que ahorita parece que no son graves pero lo serán cuando sean grandes.
Nuestro gobierno es nuestro espejo, voltea a tu alrededor y ve cómo estás tu, tu casa, tu fraccionamiento, tu colonia, tu municipio, tu estado... tu país. Dicen que para hacer un cambio hay que hacerlo de raíz.
¿Ya notaste quién es la raíz? Somos todos y cada uno de nosotros. ¿Está fácil no? No necesitas iniciar una revolución, ni hacer cosas extraordinarias para lograrlo. Creemos que las "pequeñas" cosas que hacemos o dejamos de hacer no afectan a nadie, todo absolutamente todo lo que hacemos y decimos tiene una consecuencia. El simple hecho de aventar un chicle a la calle hará que, junto a millones de chicles tapen una alcantarilla y se inunde tu casa.
Debemos imitar a las personas que actúan con rectitud, a los que siguen las reglas, a los que hacen bien su trabajo, a los que siempre dan un poco más de lo que les piden...
Todos tenemos el poder de hacer un gran cambio como sociedad, sólo necesitamos empezar a hacerlo.
Sinceramente
Mariana