sábado, 21 de noviembre de 2015

Un golpe bajo

Entre más tiempo llevemos conviviendo con una persona, más historias tenemos juntos, y nuestra pareja no es la excepción. Nos ocurren situaciones divertidas, molestas, cotidianas y vergonzosas también. A veces son cosas que causan risa y no ofenden cuando las contamos, sin embargo, hay otras más que son muy vergonzosas y esas jamás deben salir de nuestra casa.
 
 ¿Te ha pasado que estás en una reunión y de pronto la esposa o el esposo  empiezan a contar algo muy delicado de la pareja?
Da mucha pena ajena... Si tú eres de las personas que sacan a relucir delante de los demás, los errores o las cosas penosas que le pasan a tu esposo o esposa, por favor no lo hagas.
 
Nadie debería humillar nunca a nadie, ni en privado ni en público y mucho menos a la persona que aman. Quiero pensar que la mayoría de las veces no lo hacemos por molestar, sino que pensamos que es demasiado gracioso como para quedarse callado. Pero de todas maneras, ofende.
 
También hay otras formas de lastimar a tu compañero o compañera de vida. Comparar su trabajo o el dinero que gana son unas de ellas, mucho peor si lo comparas con algún otro hombre que esté presente.
 
Frases como:
 
¡Mira, aprende!
¿Ya ves? a él si le alcanza para comprarle a mi amiga las cosas que quiere.
Mira tu panzota, ve a fulano que delgado está.
¡Mira que bonita casa, que diferente a la pocilga donde me tienes!
 
Y también aplican los comentarios hirientes del esposo a la esposa:
Qué rica está la comida, no como la tuya que te queda horrible.
Aprende, mira que limpia está esta casa.
Qué guapa está tu amiga, deberías arreglarte como ella a ver si cambias tantito.
 
Muchas de esas veces estamos enojados con nuestra pareja y es la manera que elegimos para desquitar nuestro coraje, después de ese día el problema se resolverá entre ustedes y olvidarán por qué se enojaron, lo malo va a ser, que cada reunión que tengan con las personas donde soltaron el comentario, lo van a recordar, va a salir a relucir el "chistecito" y lo más probable es que no puedan olvidar para siempre esa discusión.
 
El respeto entre la pareja es vital para que haya armonía y tranquilidad en el hogar. Recuerda que humillar a tu pareja es darle un golpe muy bajo, siempre piensa que no debes hacer nunca, lo que no quieras que nadie te haga a ti.
 
 
                                                                                                       Sinceramente
 
                                                                                                           Mariana
 
 
 


domingo, 8 de noviembre de 2015

Soltera a los 40

Si tienes 40 años y estás soltera, te felicito. Eres parte de una minoría de mujeres, que a pesar de lo que la "sociedad" piense, has hecho lo correcto. Yo estoy segura de que si no te has casado, es porque no has querido; a lo mejor no piensas así, siempre quisiste casarte e hiciste lo posible para tener novio, sin embargo tu inconsciente, muy en tu interior alejaba a los hombres que te buscaban, evitaba a toda costa los "encuentros cercanos" con posibles prospectos de esposo.
Como sociedad, tenemos la creencia de que el estado perfecto es estar casado, así es en la naturaleza, debemos tener  una pareja y tener hijos. Esta es una de las razones por la que tantos matrimonios fracasan. Hay tantísimas mujeres que sólo se casan por el requisito de hacerlo y no quedarse solteras,  que por supuesto el asunto termina en divorcio.
Imagínate, lo que darían tantas mujeres divorciadas, solas, que ya pasaron por muchos años de maltrato, infidelidad y abandono, por ser tú. A ellas les quedan sus hijos, los cuales aman demasiado y jamás desearán que no hayan nacido; para la mayoría de  las mujeres, los niños se convierten en su motor de vida y por ellos salen adelante. Pero también son un gran obstáculo para trabajar, necesitan a alguien que los cuide mientras ellas buscan el sustento para la casa. Se convierten en padre y madre y nunca será lo mismo ser divorciada con hijos, que sin hijos.
Es muy triste, y tal vez las mamás que sí aman a sus hijos pongan el grito en el cielo, pero es tan difícil, que a algunas mamás los hijos terminan estorbándoles, para trabajar, para vivir, para divertirse. Mantener un hijo es una gran responsabilidad y cuesta mucho dinero y solo encontrando un equilibrio entre tus asuntos y los hijos, podrás hacerlo bien. En este caso el tiempo de calidad con ellos es muy valioso.
Si a alguna de esas mujeres, si no es que a la mayoría, les dieras la oportunidad de regresar el tiempo y no haberse casado con su ex, lo harían. Estarían felices de hacerlo, de volver a estar solteras y disfrutarían su libertad al máximo. Trabajarían, vivirían solas, se comprarían su casa, su coche, tantas cosas que no han tenido y que tardarán más en comprar porque ahora lo primero, son sus hijos.
Imagina que tu podrías ser  una de esas mujeres. Tal vez no has encontrado a la persona correcta, a la que tú deseabas como esposo, y es excelente que no te hayas casado sólo porque sí. Seguramente te has evitado unos siete u ocho años de infierno. Valora tu libertad, tu soltería. Puedes viajar, puedes decidir sin tener que preguntar nada a nadie, te has hecho una mujer madura, productiva y claro que eres feliz, porque has elegido lo que has querido.
Como sociedad, con la mente muy cerrada por cierto, debemos respetar tanto a las mujeres solteras, como a los matrimonios que no tienen hijos, por la razón que haya sido tomada esa decisión. Muchas veces empiezan las preguntas incómodas para ellos.. ¿Y por qué no se habrá casado? Algo malo tendrá.... ¿Por qué no han tenido hijos? ¿Y para cuando los nietos? yo ya quiero ser abuela.
 Y así presionamos y presionamos, hasta que vienen los hijos sin desearlos y los matrimonios de mala gana.
Disfruta tu vida, se la envidia de las mujeres frustradas, eres grande y valiente por tomar esa decisión. Eres fuerte y decidida, aprovecha al máximo todos esos dones que te regalo mi Padre Dios. Y has que tu vida valga la pena, no necesitas un matrimonio, ni hijos para realizarte como mujer, eso no te hace ni más ni menos mujer. Encuentra un sentido que te haga feliz, que te haga sentir satisfecha y tranquila. Y si ya lo tienes, !Felicidades, bravo por ti!
                                                                                                     Sinceramente
                                                                                                         Mariana

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Para qué?

Algunas veces tomamos decisiones y hacemos cosas sin pensar en el futuro, no planeamos ni en las cosas emocionales, ni en los asuntos de trabajo o estudio. Si cada vez que hacemos algo, sobre todo  cosas importantes o que nos frustran  o nos lastiman, nos preguntamos "¿Para qué lo hacemos?", podríamos cambiar más fácilmente algo que no nos guste en nuestra vida.
 
¿Para qué seguimos recordando la infidelidad de mi expareja?
¿Para qué lloro porque no me quiere el que yo quiero?
¿Para que me lamento tanto el tener que ir a trabajar, si de todos modos voy a ir?
¿Para qué estoy estudiando?
¿Para qué estoy trabajando?
¿Para qué ofendo a mi pareja?
¿Para qué llego tarde?
¿Para qué soy feliz?
¿Para qué sigo sufriendo?
¿Para qué me preocupo? (Mejor me ocupo)
¿Para qué estoy triste?
¿Para qué sigo llorando si ya pasó?
¿Para qué estoy enojada?
¿Para qué me levanto cada mañana?
¿Para qué les digo a mis hijos que su papá no los quiere?
¿Para qué le grito al camión que se me atravesó?
¿Para qué le digo "te lo dije"?
¿Para qué demuestro que tengo la razón?
¿Para qué me quejo?
¿Para qué me digo tonta cada vez que se me cae una cosa o hago algo mal?
 
 
Cada pregunta que reflexionas y contestas sinceramente, te acerca más a encontrar un sentido de vida y mejor aun, a darte cuenta de que darle vueltas a lo mismo es innecesario y no vas a llegar a nada nunca; sólo a lastimarte, a no seguir adelante y a lastimar a las personas que  están a tu alrededor y que amas.
 
Tal vez descubrirás lo que verdaderamente te está afectando, a lo mejor sólo haces las cosas por darle gusto a los demás, o por no hacer sentir mal a alguien que quieres y no estás haciendo nada de lo que a ti te gusta. No haces nada que a ti te llene de emoción ni que satisfaga tus necesidades.
Al preguntarte para qué haces las cosas o para que sientes lo que estás sintiendo, le podrás dar la importancia que realmente tiene a uno u otro asunto de tu vida.
 
Esta pregunta es un filtro para tener más tranquilidad en tu vida, pelear, gritar, demostrar que tienes la razón, muchas veces sólo alimenta al ego y nos separa más de la paz interior; nos desgastamos demasiado en darle gusto a los demás y a hacer todo lo posible para que hablen y piensen bien de nosotros que sacrificamos nuestros deseos y gustos por las demás personas y eso nos hace seres frustradas y enojadas.
 
Cuando le encontramos un sentido a las cosas que hacemos, vivimos con un equilibrio que hará que estés más tranquila, más bonita, más feliz!
 
                                                                                                           Sinceramente
 
                                                                                                               Mariana