Durante la "tormenta" se activan todos nuestros sentidos, sacas fuerza de donde no la tienes y haces cosas que pensaste que no podrías hacer. Obligamos a nuestro cuerpo a dormir menos, a comer menos, a estar activo 20 horas al día. Todos los cuerpos aguantan, todas las mentes aguantan, todos los corazones aguantan. Somos fuertes por naturaleza.
Después de que ha pasado la tormenta te das cuenta que, gracias a Dios pasó eso porque te previno o te cuidó de que no pasara algo peor. O tal vez, sólo ya pasó.
Poco a poco el tiempo va poniendo en su lugar las cosas y la calma va llegando, hasta que por fin, todo vuelve a la "normalidad".
Yo creo que muchas de esas malas experiencias, son fuertes sacudidas que nos da la vida para despertar, para reaccionar, para seguir adelante. Para corregir el rumbo o para acelerar o desacelerar la carrera de nuestra historia.
Sin embargo también creo que a veces no es necesario llegar a "tocar fondo" para resurgir.
¿Por qué tenemos que esperar a que una situación ya no tenga remedio para cambiarla? ¿Por qué tenemos que esperar a que el esposo nos mande al hospital de una golpiza para irnos de su lado, después de muchos otros golpes que solo terminaron en moretones? ¿Por qué esperar a que tus hijos tengan días sin comer, para buscar un trabajo y para tomar las riendas de tu vida porque tu esposo no te da dinero para comprar comida?
¿Por qué esperar a que te despidan de un trabajo en el cual, te tratan mal, te pagan mal y además descuidas todo lo demás por estar ahí? ¿Por qué esperar a que lleguen las consecuencias de algo que sabes perfectamente que está mal hacerlo? ¿Por qué esperar a que pasen años y años de llantos, abandono, soledad y desprecio de tu pareja para dejarla?
CAMBIA YA!
Dicen que nadie experimenta en cabeza ajena, y que el dolor es necesario para crecer. Yo no lo creo así. Creo que la vida es hermosa y nosotros la hacemos difícil, creo que la vida es perfecta y nosotros la complicamos. He aprendido que si le quitamos el toque de tragedia a las cosas todo es más fácil y se sobrelleva mejor. Y estoy segura que una reflexión cada cierto tiempo, de dónde estamos, hacia dónde vamos y hasta dónde queremos llegar, nos hará sufrir menos.
Una buena señal es darte cuenta de las cosas que no te gustan. No somos mártires, no tenemos porque vivir toda la vida haciendo cosas que nos desagradan, ¿Por qué? No es justo desperdiciar el tiempo, ni el nuestro y mucho menos el de los demás.
Redirecciona tu vida, pide ayuda, busca hacer lo que te gusta, define prioridades, ya basta de pretextos. Vamos a cambiar, antes de llegar a tocar fondo.
Sinceramente
Mariana
2 comentarios:
Gracias 🙏🏻
A ti amiga por leerme! Tqm
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