domingo, 26 de abril de 2015

Un secreto (continuación): Otro tipo de maltrato.

La mayoría de las cosas que sabemos que están mal, no las decimos. Ni a nuestras amigas, ni a nuestra familia. Bueno, si se las contamos a nuestra "mejor amiga". Esa amiga taaaan linda que siempre te dice que lo que haces, aunque tu sepas perfectamente que no, está muy bien. Esa amiga "tan comprensiva" que a todo te dice que si. Que está en contra de todo lo que te aconseja tu familia y tus reales amigos. Esa amiga que dice solo lo que quieres escuchar. 

No regaña, no pone en tela de juicio nada de lo que haces, no cuestiona.... 
Sabes? Ella no es tu amiga! 

Nuestra voz interior nunca miente. Simplemente la mandamos callar y no la dejamos que se exprese. Cuando estés tan aturdida y de verdad no sepas si una relación que tengas está mal, o te está haciendo daño, solo pregúntate: Les voy a contar esto a mi familia y a mis amigos?

Creemos que el maltrato dentro del matrimonio, en primera nunca nos va a pasar y en segunda, que sólo ocurre físicamente. Inmediatamente que pensamos en una esposa o novia maltratada nos imaginamos golpes, moretones, jalones,  cosas rotas y aventadas por toda la casa. 
Sin embargo esta es solo una de tantas maneras que puedes ser víctima de maltrato dentro de una relación.

Algo que duele mucho más o igual que los golpes, son las ofensas. Las groserías dichas con mala intención, pero sobretodo las ofensas que te hieren muy dentro. Esas a las que poco a poco te vas acostumbrando hasta creer que es normal que tu pareja te las diga, incluso hasta creer que es verdad lo que te dice. A lo largo de los meses y de los años, tu autoestima va desapareciendo muy lentamente, y si no te das cuenta a tiempo de lo que está viviendo, llegas a ser solo una sombra  de lo que eras antes de empezar esa relación.

Estás gorda.
Pareces vaca.
Tus piernas parecen hilos colgando.
Pareces tanque estacionario.
Pareces centro de lavado.
Te ves súper vieja.
Tu comida parece de fonda.
Tu trabajo cualquiera lo puede hacer.
Que fea eres.
Que quieres, que tus hijos terminen vendiendo cosas como tú?
Ya estás vieja para andar haciendo eso.
Ya pasó tu tiempo.
Por que no te vistes como fulanita?
Aprende, mira que guapa está.
Pues como ella si estudió, merece algo mejor.

Y la lista puede seguir y seguir y seguir....
Todas hemos tenido peleas o discusiones dentro de nuestra relación, y hasta nosotras hemos dicho cosas de las que después nos arrepentimos. Cuando nos disculpamos mutuamente y ya no vuelve a pasar, la relación sigue de manera normal. 

El problema existe, cuando frases como estas te las dicen todos los días, a todas horas. NO LO PERMITAS! No te acostumbres a que eso pase. La primera ofensa es culpa de tu pareja, la segunda ofensa y las demás, son culpa tuya, por permitírselo. Esta situación no aparece de la noche a la mañana, claro que no te va a soltar toda la letanía ofensiva recién se conocieron, o se hicieron novios o se casaron. 

El va avanzando según tú le vayas dando permiso de hacerlo. Cuando no sepas si te está ofendiendo solo intenta contárselo a alguien que te quiere mucho, si no lo puedes hacer porque sabes que su respuesta será: Por qué se lo permites??!! Entonces tu pareja te está maltratando sicológicamente.  Has algo por ti misma! Cambia esa relación, y si ya es demasiado tarde y no tiene remedio, salte de esa relación. Pide ayuda, toma las riendas de tu vida, no te conviertas en una sombra gris! 

El que la relación no tenga remedio, no significa que tú no tengas remedio! No esperes a que sea demasiado tarde. NO SE LO PERMITAS.


                                                              Sinceramente
                                                                     Mariana


domingo, 19 de abril de 2015

Un secreto

¿Te ha pasado que estás haciendo algo nuevo, o teniendo una relación nueva y no lo quieres contar?
Salvo escasas excepciones, en donde la privacidad es importante y realmente no quieres ni tienes por qué contarle a tus amigos a tu familia algo nuevo que está ocurriendo en tu vida, no lo dices simplemente, porque sabes que está mal.
Muchas veces ni siquiera queremos escucharnos a nosotras mismas, porque sabemos que la respuesta de nuestra conciencia no va a ser la que esperamos.
Por ejemplo: Tener una relación con un hombre casado.
Tu puedes decir que está bien lo que haces, que te ama, que su esposa no lo comprende, que tu si lo haces feliz, que su matrimonio ya no tenía remedio, que ya no se querían desde antes de que tu llegaras a su vida. No te das cuenta pero cada vez que repites una frase como esta, solamente te estás justificando.
No conozco a nadie, pero seguramente debe haber alguien que lo diga abiertamente y esté orgullosa de su vida y que cada vez que tenga oportunidad, así como cuando presumimos que tenemos novio, dice que su pareja está casado con otra mujer.
Las demás mujeres, no lo dicen. Te imaginas llegar a casa de tu familia a presentarles a tu novio y les digas: Les presento a mi novio, está casado con otra mujer pero a mi es a la que ama. Se supone que no nos debe importar lo que piensen los demás incluyendo tu propia familia, sin embargo yo creo que vivimos en una sociedad y como tal tenemos que convivir, sobre todo con la gente que nos ama.
La frase que sigue a: ¡A mi es a la que ama! Todas sabemos cual es: ¿Y por qué no está contigo?
Creo que no hay peor ciego, que el que no quiere ver. Yo he escuchado de algunas amigas las excusas  más increíbles que te puedas imaginar. Y si crees que la excusa que te dijo tu pareja es perfecta y que el pobrecito sufre mucho porque no está junto a ti, estás en un error.
Que tal:
Es que mis hijos están enfermos y no los puedo dejar.
Es que mi esposa está enferma y si me voy se muere y no quiero cargar en la conciencia a la madre de mis hijos.
Es que mi suegro me quitaría todo el dinero y pues como te voy a mantener.
Es que ya solo espero que pase Navidad.
Es que tengo que terminar de pagar la casa para quitársela y dártela a ti.
¿Te suena conocido?
El hombre que quiere estar junto a ti, está junto a ti, el que no está contigo es solamente ¡PORQUE NO QUIERE!
No desperdicies tu vida con un hombre que ni siquiera puede salir contigo a la luz del día a hacer el súper o a tomar un café.
¿Sabes? Mereces más que eso. ¡Mereces a alguien que esté orgulloso de ti! !Mereces a alguien que te ame sin esconderse! !Mereces a alguien que te valore y te presente ante todos y todas como su novia¡
Para encontrar ese hombre existe un secreto: ¡ESTÁ ORGULLOSA DE TI MISMA! !VALÓRATE A TI MISMA! ¡MERÉCETE A TI MISMA! No te conformes con las migajas de otra, lo que empieza mal, mal acaba y la vida da muchas vueltas, tarde o temprano tu serás la esposa que sospecha que su esposo tiene una relación con alguien. 
La vida es muy corta y no vale la pena desperdiciarla en alguien que simplemente, no te quiere. Busca ayuda, no vivas escondida, sal de tu encierro y ¡VIVE!
                                                                                                     Sinceramente
                                                                                                         Mariana




domingo, 12 de abril de 2015

Tocando fondo


Las cosas malas que pasan a lo largo de nuestra vida y nos afectan directamente, tarde o temprano nos acercan a la madurez, nos hacen valorar más las cosas y al final nos queda una enseñanza o una renovación en nuestra manera de ser, de pensar o de actuar.
 
Durante la "tormenta" se activan todos nuestros sentidos, sacas fuerza de donde no la tienes y haces cosas que pensaste que no podrías hacer. Obligamos a nuestro cuerpo a dormir menos, a comer menos, a estar activo 20 horas al día. Todos los cuerpos aguantan, todas las mentes aguantan, todos los corazones aguantan. Somos fuertes por naturaleza.
Después de que ha pasado la tormenta te das cuenta que, gracias a Dios pasó eso porque te previno o te cuidó de que no pasara algo peor. O tal vez, sólo ya pasó.
 
 Poco a poco el tiempo va poniendo en su lugar las cosas y la calma va llegando, hasta que por fin, todo vuelve a la "normalidad".
 
Yo creo que muchas de esas malas experiencias, son fuertes sacudidas que nos da la vida para despertar, para reaccionar, para seguir adelante. Para corregir el rumbo o para acelerar o desacelerar la carrera de nuestra historia.
 
Sin embargo también creo que a veces no es necesario llegar a "tocar fondo" para resurgir.
¿Por qué tenemos que esperar a que una situación ya no tenga remedio para cambiarla? ¿Por qué tenemos que esperar a que el esposo nos mande al hospital de una golpiza para irnos de su lado,  después de muchos otros golpes que solo terminaron en moretones? ¿Por qué esperar a que tus hijos tengan días sin comer, para buscar un trabajo y para tomar las riendas de tu vida  porque tu esposo no te da dinero para comprar comida?
 
¿Por qué esperar a que te despidan de un trabajo en el cual, te tratan mal, te pagan mal y además descuidas todo lo demás por estar ahí? ¿Por qué esperar a que lleguen las consecuencias de algo  que sabes perfectamente que está mal hacerlo? ¿Por qué esperar a que pasen años y años de llantos, abandono, soledad y desprecio de tu pareja para dejarla?
 
CAMBIA YA!
 
Dicen que nadie experimenta en cabeza ajena, y que el dolor es necesario para crecer. Yo no lo creo así. Creo que la vida es hermosa y nosotros la hacemos difícil, creo que la vida es perfecta y nosotros la complicamos. He aprendido que si le quitamos el toque de tragedia a las cosas todo es más fácil y se sobrelleva mejor. Y estoy segura que una reflexión cada cierto tiempo, de dónde estamos,  hacia dónde vamos y hasta dónde queremos llegar, nos hará sufrir menos.
 
Una buena señal es darte cuenta de las cosas que no te gustan. No somos mártires, no tenemos porque vivir toda la vida haciendo cosas que nos desagradan, ¿Por qué? No es justo desperdiciar el tiempo, ni el nuestro y mucho menos el de los demás.
 
Redirecciona tu vida, pide ayuda, busca hacer lo que te gusta, define prioridades, ya basta de pretextos. Vamos a cambiar, antes de llegar a tocar fondo.
 
 
                                                                                         Sinceramente
 
                                                                                             Mariana