viernes, 29 de diciembre de 2017

Encuéntrale un sentido a lo que no te gusta hacer!

Si tienes algo que hacer, que es a fuerza y no te gusta:
¡HAZ QUE VALGA LA PENA, Y ENCUÉNTRALE UN SENTIDO!
Siempre o casi siempre, los sacrificios que hacemos, son por alguien que nos importa, alguien que queremos mucho y sobretodo que estamos anteponiendo su felicidad a la nuestra. Un buen hombre, un hijo, un hermano, amigo o algún familiar. Decidimos hacer cosas consciente o inconscientemente que no queremos, que no es nuestra mejor opción, y que si no hubiera nadie lastimado de por medio, jamás las elegiríamos hacer.
Como siempre, hay situaciones que no son eternas y no son tan graves como:
Cuidar por la noche a un enfermo.
Cuidar unos días a una mascota.
Llevar a alguien a su casa o trabajo.
Recibir una visita en tu casa.
Convidar de tu comida.
Hacer un favor.
Visitar a alguien.
Prestar tus cosas.
Ayudar a un compañero con su trabajo.
Nos dicen que tenemos que aprender a decir NO. Sin embargo, creo que también tenemos que aprender a decir SI. A que cuando estemos haciendo lo que no queríamos, lo hagamos con gusto, con cierta resignación. El darle vueltas a lo mismo mientras haces las cosas de mala gana, no te lleva a nada mas que a enojarte más y a contrariarte porque no querías hacerlas.
Sólo piensa que ya estás ahí, y que obtendrás más puntos buenos si lo haces de buena manera. No te queda de otra; piensas mil formas de "safarte" del compromiso, pero sabes perfectamente que no las harás, que no tienes el valor para ser grosero con la persona a la que ayudas, y aunque se te ocurran mil ofensas y excusas para hacerlo se quedarán ahí, sólo en tu cabeza. Piensa que llegará a su fin y piensa muy bien tu próxima respuesta, cuando alguien te pida un favor.
¿Y qué pasa cuando la decisión que tomaste durará un "poco más" de algunos días?
Casarte.
Decirle a alguien que lo amas.
Cuidar a tus nietos.
Quitarle sus hijos a tus hijos.
Estudiar una carrera.
Tener hijos.
A veces tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias, por amor, agradecimiento o por lástima. Cuando te casas con alguien sin amarlo lo suficiente, cuando ayudas a tus hijos con tus nietos, cuando estudias algo porque no hay otra opción, cuando tienes que quedarte en tu trabajo por la razón que sea, cuando decides criar y mantener como hijos propios a tus nietos.

  ¡Tienes que encontrarle el sentido!
Tiene que valer la pena tu trabajo y el sacrificio que estás haciendo. Es bueno siempre estar consciente de que tú y sólo tú, tomaste esa decisión. Culpar a los demás es condenarte eternamente a tener rencor en tu corazón, a vivir amargada, y a no disfrutar la vida.
Tal vez estás pensando: ¿Disfrutar? ¿Con éste hombre a mi lado? ¿A qué hora, si tengo que cuidar a mis nietos? ¿Cómo se puede disfrutar con este espantoso trabajo?
Te prometo que si cambias tu manera de ver las cosas y empiezas a agradecer lo que tienes, todo empezará a cambiar como por arte de magia. Parecerá que todos cambiaron y las cosas ahora resultan buenas a tu favor.
 Todos conocemos a alguien que nunca pierde el sentido del humor, que siempre  ve lo positivo de las cosas, tenemos que aprender mucho de esas personas. Son felices sea cual sea la situación que están viviendo, simplemente porque le encuentran un SENTIDO A LA VIDA.

                                                                                                           Sinceramente
                                                                                                        Mariana Oropeza
                                                                                         Especialista en Bioneuroemoción


domingo, 10 de diciembre de 2017

Los platos elegantes

¿Cuántas de nosotras tenemos un montón de cosas bonitas y guardadas sin usar?

Vajillas, cubiertos, copas, decenas de utensilios hermosos para servir la comida, ollas, manteles blancos y elegantes.
 ¿Y en nuestro clóset?
Vestidos, botas, zapatos con un gran tacón, sombreros, pashminas, bufandas, guantes,  blusas, aretes y collares muy bonitos, perfumes, cremas que huelen muy rico, bolsas caras y muchísimas cosas más.
Todo guardado en cajas intocables, esperando la visita correcta y perfecta que las merezca para poder usarlas, y aguardando la ocasión especial para arreglarte con tus "tesoros más preciados".
Lo malo es que esa visita y ese día tan especial, tal vez no llegue nunca,  vas dejando pasar el tiempo y tus cosas se quedan ahí, guardadas en una vitrina o arrumbadas en un clóset. Tal vez cuando las quieras sacar ya están pasadas de moda o el moho y la polilla hicieron de las suyas y ya no sirvan más.
Atesoramos cosas y nunca las usamos. Conozco señoras de 70 años que guardaron muchísimas cosas y nunca las disfrutaron, porque se ensucian, se gastan, se podían romper, o simplemente porque nunca llegó la visita y la ocasión tan especial para usarlas. Ahora que ya están grandes, ya no tienen la fuerza ni las ganas para sacar de sus cajas todas sus cosas bonitas. Lo más triste es que cuando mueran, todos esos tesoros terminen en casa de alguien que ni siquiera    le tenía cariño y por supuesto no va a saber, ni le va a interesar, el valor sentimental que tenían para ella.
Debes conocer amigas que guardan sus tesoros, esperando que sus hijas, nueras o nietas las utilicen, desgraciadamente, casi nadie le va a dar el valor a nuestras cosas como nosotras mismas. Cada persona tiene sus propios intereses. Y lo que es hermoso y vale tanto para mí, tal vez cuando lo regale o herede, no tendrá el mismo valor para los demás.
¡VIVIR ES DISFRUTAR! Y para eso trabajamos, para disfrutar  lo que nos ganamos. Todas trabajamos, en casa, cuidando a los hijos, o en una oficina o negocio. Por eso debemos gozar y utilizar las cosas bonitas que tenemos... Pero ahora, cuando tenemos ganas y fuerza, no cuando ya no podamos. El tiempo pasa volando y cuando veas hacia atrás, vas a ser una señora grande con muchos tesoros guardados y sin usar.
Utiliza tus cosas más bonitas con tu familia, con tus hijos. Se sentirán importantes y cuidarán tus platos elegantes. No esperes una ocasión muy especial para usar esa crema que huele tan rico y el perfume tan fino que solo usas dos veces al año, utiliza tu ropa bonita sólo para que tu pareja y tu misma te veas bonita; las zapatillas, aretes, collares y todos los accesorios que tienes guardados úsalos, para eso los compraste. Recuerda que las cosas están para servirte, no estás tú para servirlas a ellas.
¡No necesitamos a nadie más que a nosotros y a nuestra familia para que sea una ocasión especial, y valemos igual o más que cualquier visita importante!
                                                                                                        Sinceramente
                                                                                                     Mariana Oropeza
                                                                                        Especialista en Bioneuroemoción