Si tienes algo que hacer, que es a fuerza y no te gusta:
¡HAZ QUE VALGA LA PENA, Y ENCUÉNTRALE UN SENTIDO!
Siempre o casi siempre, los sacrificios que hacemos, son por alguien que nos importa, alguien que queremos mucho y sobretodo que estamos anteponiendo su felicidad a la nuestra. Un buen hombre, un hijo, un hermano, amigo o algún familiar. Decidimos hacer cosas consciente o inconscientemente que no queremos, que no es nuestra mejor opción, y que si no hubiera nadie lastimado de por medio, jamás las elegiríamos hacer.
Como siempre, hay situaciones que no son eternas y no son tan graves como:
Cuidar por la noche a un enfermo.
Cuidar unos días a una mascota.
Llevar a alguien a su casa o trabajo.
Recibir una visita en tu casa.
Convidar de tu comida.
Hacer un favor.
Visitar a alguien.
Prestar tus cosas.
Ayudar a un compañero con su trabajo.
Nos dicen que tenemos que aprender a decir NO. Sin embargo, creo que también tenemos que aprender a decir SI. A que cuando estemos haciendo lo que no queríamos, lo hagamos con gusto, con cierta resignación. El darle vueltas a lo mismo mientras haces las cosas de mala gana, no te lleva a nada mas que a enojarte más y a contrariarte porque no querías hacerlas.
Sólo piensa que ya estás ahí, y que obtendrás más puntos buenos si lo haces de buena manera. No te queda de otra; piensas mil formas de "safarte" del compromiso, pero sabes perfectamente que no las harás, que no tienes el valor para ser grosero con la persona a la que ayudas, y aunque se te ocurran mil ofensas y excusas para hacerlo se quedarán ahí, sólo en tu cabeza. Piensa que llegará a su fin y piensa muy bien tu próxima respuesta, cuando alguien te pida un favor.
¿Y qué pasa cuando la decisión que tomaste durará un "poco más" de algunos días?
Casarte.
Decirle a alguien que lo amas.
Cuidar a tus nietos.
Quitarle sus hijos a tus hijos.
Estudiar una carrera.
Tener hijos.
A veces tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias, por amor, agradecimiento o por lástima. Cuando te casas con alguien sin amarlo lo suficiente, cuando ayudas a tus hijos con tus nietos, cuando estudias algo porque no hay otra opción, cuando tienes que quedarte en tu trabajo por la razón que sea, cuando decides criar y mantener como hijos propios a tus nietos.
¡Tienes que encontrarle el sentido!
Tiene que valer la pena tu trabajo y el sacrificio que estás haciendo. Es bueno siempre estar consciente de que tú y sólo tú, tomaste esa decisión. Culpar a los demás es condenarte eternamente a tener rencor en tu corazón, a vivir amargada, y a no disfrutar la vida.
Tal vez estás pensando: ¿Disfrutar? ¿Con éste hombre a mi lado? ¿A qué hora, si tengo que cuidar a mis nietos? ¿Cómo se puede disfrutar con este espantoso trabajo?
Te prometo que si cambias tu manera de ver las cosas y empiezas a agradecer lo que tienes, todo empezará a cambiar como por arte de magia. Parecerá que todos cambiaron y las cosas ahora resultan buenas a tu favor.
Todos conocemos a alguien que nunca pierde el sentido del humor, que siempre ve lo positivo de las cosas, tenemos que aprender mucho de esas personas. Son felices sea cual sea la situación que están viviendo, simplemente porque le encuentran un SENTIDO A LA VIDA.
Sinceramente
Mariana Oropeza
Especialista en Bioneuroemoción
Especialista en Bioneuroemoción