martes, 21 de febrero de 2017

Afrontando la responsabilidad

Todas hemos alcanzado la madurez física. Sin embargo, algunas de nosotras no hemos podido llegar a la madurez emocional. No hay una edad exacta para llegar a esta, hay niñas de preparatoria lo suficientemente maduras, como para sostener una relación emocional y de trabajo y hay mujeres de 30 0 40 años que nada más no se les da.
 Ante situaciones difíciles o de conflicto, cuando rompes con tu novio, cuando te despiden del trabajo, en un divorcio, en una discusión, cuando la otra persona tiene mejores argumentos que tú, reaccionamos de manera poco inteligente. Pareciera que actuamos sólo por impulso:
Salirte de tu casa a media noche después de una pelea, poniendo en riesgo tu vida y  la de tus hijos.
Pedirle el divorcio a tu esposo ante la primera batalla perdida.
Colgar el teléfono cuando ya no te quedan argumentos.
Salir con el mejor amigo de tu exnovio para darle celos.
Aventar las cosas.
Publicar tu rompimiento amoroso en alguna de las redes sociales, queriendo victimizarte y dando a entender que el exesposo es el único causante de su separación.
Levantarte de la mesa en un restaurante, por supuesto hacer que todos se den cuenta y dejar a la pareja solo a media cena.
Hablar y hablar y hablar mal de tu expareja.
Cuando actuamos por impulso el instinto es el que nos gobierna en ese momento, no pensamos las cosas y no estamos conscientes de nuestra actitud.
Debemos empezar a afrontar todo lo que nos pasa, sea bueno o malo, con responsabilidad. Debemos permitirnos perder una discusión, debemos saber cuando hay que envainar la espada y decir: Si, tienes razón. y seguir adelante.
Empecemos a asumir nuestra responsabilidad en las cosas que nos pasan. Si tu esposo es alcohólico o infiel o celoso o mentiroso o indiferente o habla muy golpeado o cualquier defecto que tenga, puedo estar casi segura, de que así era desde que eran novios. Tal vez en una proporción menor pero esos defectos no nacen de la noche a la mañana.
 En el caso de una separación, debes asumir la responsabilidad que a ti te toca, no quisiste ver esos defectos, o tal vez pensaste que con tu amor lo ibas a cambiar. O simplemente tú también hiciste cosas que a tu esposo no le gustaban, tu también dejaste pasar el tiempo sin remediar alguna situación, hasta que ya no tuvo solución.
No elegimos bien y no somos perfectas. Esa es la parte de responsabilidad que debemos enfrentar. Por supuesto que es más fácil ser la víctima del cuento. La mayoría de los hombres no dan detalles sobre sus "peleas perdidas" y ahí es donde nosotras aprovechamos para victimizarnos. Ellos callan. Tal vez abran su corazón a algún amigo muy cercano, pero nada más. Viven su duelo en silencio, mientras algunas de nosotras preferimos el ruido.
Y esto tiene una ventaja. No involucran a tanta gente en su pena. No repiten y repiten a una y otra persona su desgracia y lo infeliz que lo hizo su exmujer. Yo creo que por esta razón es que ellos superan  rápidamente la separación. Cuando te das cuenta, tu expareja ya tiene una nueva relación.
 ¿Y nosotras? Seguimos y seguimos dándole vueltas al asunto. Claro, si cada persona que nos topamos en la calle o en el chat y a la cual informamos detalle a detalle de nuestro rompimiento amoroso, nos pregunta que "cómo vamos",  "que si lo has visto", "que si ya tiene otra mujer".
Vamos a actuar como mujeres fuertes y maduras ante una separación o cualquier conflicto que se nos presente. Que el instinto no nos domine. Pensar, antes de actuar es imprescindible para poder tener armonía a nuestro alrededor. Un minuto de reflexión antes de cualquier respuesta, nos llevará a tomar mejores decisiones en nuestra vida. Actuar de manera consciente en todo lo que hagamos hará que disfrutemos cada día: ¡Vivir!
                                                                                       Sinceramente

                                                                                    Mariana Oropeza
                                                                   Especialista en Bioneuroemoción®

martes, 7 de febrero de 2017

El café con las amigas

Definitivamente, no hay mejor terapia grupal para una mujer, que tomar un café con sus amigas. En la mañana o en la tarde, la hora y el lugar no importan. Lo que realmente interesa es reunirse con ellas a platicar, a llorar, a reírse, a quejarse. Alguien que opine lo contrario, es porque no ha disfrutado ese par de horas maravillosas, o tal vez no ha encontrado  grandes amigas con quien hacerlo.
 Es muy relajante estar en un lugar donde no eres ni la mamá, ni las esposa de alguien. Sólo eres tú misma. El tiempo se pasa volando y salir de la rutina diaria una vez al mes, o cada vez que puedas,  es realmente genial.
Ese café sólo se disfruta con verdaderas amigas, esas reuniones  incómodas donde se nota que a nadie le interesa lo que estás platicando, donde cada quien está revisando su teléfono, donde cada quien platica con la de a lado y jamás se enteran de cómo se sentían las demás, o cuando solo quieren "quedar bien"  y ver quien compró la bolsa más cara o quien presume las mejores vacaciones, son más estresantes que enriquecedoras.
Es "renovador" reunirse con amigas que te quieren y que quieres, que se interesan por ti, por tu familia, por tu mascota, por tus estudios o por tu negocio, por lo que vas a hacer de comer y por cómo te sientes.  En ese momento eres tú, sin pretender ser otra persona, bajas la guardia y simplemente te dejas llevar.
Puedes llegar triste, enojada, deprimida y en menos de media hora ya estás riendo de nuevo. Si no hay mucho que hacer por el problema que tienes, por lo menos en ese rato se te olvidó un poco.  Es increíble como entre todas pueden ayudar a encontrar la solución o por lo menos a aligerar la carga que traes. A veces puedes tener un problema muy grande, pero cuando escuchas a alguna de ellas, te das cuenta que estabas exagerando y que no es tan difícil de solucionar eso que tanto te quitaba el sueño.
Platicar de cosas importantes o que no lo son tanto, de situaciones buenas y malas también. Si te peleaste con tu esposo, si tu hijo se portó mal, si tu novio hizo algo que no te gustó. Tienes la ventaja que no te van a juzgar. Te peleas y te reconcilias y ellas nunca te criticarán. Sólo contamos nuestras cosas, lo que vamos viviendo día a día. Nos damos consejos: De belleza, de familia, de vida.
 Te das cuenta que todas tenemos problemas, que todos los novios o esposos tienen tanto cosas buenas como malas y que es el pan de cada día en cada pareja y en cada familia.
Esa mañana que inviertes en reunirte con ellas, se transforma en tiempo de calidad para las personas cercanas a ti. Estás más contenta,  te ríes más.  Probablemente no menos cansada porque, o dejas preparadas las cosas para atender a tu familia o a tu trabajo un día antes. O se te atrasa el trabajo en la casa o en la oficina y a correr se ha dicho.
Si sabes de lo que hablo sigue disfrutando tus horas de terapia de grupo. Si no, inténtalo y sal a tomar un café. Tal vez alguna amiga  ya te ha invitado y siempre has dicho que no, por tu trabajo, por tus hijos, por el tiempo.  ¡Anímate! Cuando regresas a casa te sientes querida, te sientes contenta, te sientes bonita..... ¡Te sientes más tú!
                                                                                                       Sinceramente

                                                                                                    Mariana Oropeza
                                                                                      Especialista en Bioneuroemoción®