domingo, 24 de julio de 2016

La otra versión de la historia

Cuando nos cuentan una versión de alguna historia, empezamos a emitir juicios sin ni siquiera dar el beneficio de la duda a la otra parte del problema o de la situación.  Creemos en esa verdad absoluta y permitimos que la otra persona nos "contamine" con su historia. Damos nuestro veredicto del problema enjuiciando al otro sin escucharlo.
 
¿Y si la realidad fuera diferente?
 
¿Si todo lo que te dijeron no sucedió de esa manera? ¿Si sólo te platicaron la mitad de la historia?
Siempre da oportunidad al otro de expresar su sentir, le "compramos" la idea a la primera persona que nos cuenta su verdad y tal vez no sea así. Amistades que se rompen, lazos familiares, que no importando el parentesco, se deshacen por un simple mal entendido o porque alguien contó primero su historia, matrimonios que terminan en divorcio sólo porque alguien entendió algo a su conveniencia o irresponsablemente hizo un juicio sin pensar y tal cual, lo platicó con alguien más.
 
Empleados que no se pueden defender porque su compañero de trabajo, que tiene más tiempo en la empresa,  le contó su historia al jefe y pues cómo creerle al otro si es el "nuevo".
Algunas personas abusan de su posición. en un trabajo o en la familia, y utilizan la amistad y el cariño de las personas para crear enemistades, y rupturas laborales y sentimentales.
 
Tantas injusticias que se cometen porque a nadie se le ocurre investigar con la otra parte del problema, que fue lo que realmente pasó. Tanto odio generado hacia una persona, la cual no tiene idea de por qué de pronto se quedó sin trabajo o sin amigos. O tal vez ya no lo invitan a las reuniones familiares y no sabe la razón.
 
Si en algún momento de tu vida te toca estar  en la posición de "juez", ofrece el beneficio de la duda a los demás, no compres la primera historia, no porque no conozcas a la otra persona por consiguiente es mala. Todos somos iguales, por lo tanto, todos deberíamos tener las mismas oportunidades de contar nuestra historia.
 
Y si tú en este momento eres el que tiene la sartén por el mango, recuerda que la vida da muchas vueltas. Que en alguna ocasión tu mismo podrás ser el enjuiciado. Decimos que en la otra vida se pagan las cosas que hacemos que no son correctas. Yo creo que en la vida todo se regresa, lo bueno, lo malo, lo congruente y lo incongruente que hagamos.
 
Tratar a los demás como te gustarían que te traten a ti. Si todos al actuar pensamos así, la vida será mejor, más justa...más feliz y tranquila.
 
 
 
                                                                                                    Sinceramente
 
                                                                                                        Mariana
 
 
 
 
 
 

domingo, 3 de julio de 2016

¿Y si no me quiero casar?

Muchas son las novias y novios que no se dan cuenta de lo que están haciendo, hasta que están enfrente del altar diciendo "sí, acepto". Entran en pánico pues en "modo automático" llegaron ahí.
 
Después de tres o cuatro años de noviazgo lo que sigue es casarse. Ya hicieron demasiadas cosas juntos, y "tienen" que pasar a otra etapa. Así debe ser ¿no? No hay razón para terminar la relación, se quieren, se gustan, casi no se pelean, ya pasaron la etapa del nerviosismo, de que te suden las manos y te pongas nervioso o nerviosa porque va a pasar por ti a tu casa para ir a una cita y están en un momento agusto y tranquilo en sus vidas. Nadie ha sido infiel, nadie a ofendido a nadie, las dos familias se llevan bien, entonces...
 
 ¡NO HAY POR QUÉ TEMINAR!
 
No existe una razón por la que puedas decirle a tu pareja: "¿sabes qué? ya no quiero andar contigo, quiero hacer cosas diferentes, estar soltera, y no me quiero casar".
 
Yo tengo varias razones muy valiosas para que no te cases:
 
1. Ya no quieres andar con él.
2. Quieres hacer cosas diferentes.
3. No te quieres casar.
 
Así de simple.
 
Tú sola contra el mundo, pero sí se puede. Si no tuvieras que quedar bien con tus papás, con los papás y la familia de tu novio, con los amigos en común, con los compañeros del trabajo... lo harías sin pensar. Terminarías inmediatamente la relación y no permitirías que los planes de boda siguieran adelante.
 
¿Sabes que cuando te cases, en tu casa sólo van a vivir tu esposo y tú? Ni tus amigos, ni tus papás, ni los de él vivirán con ustedes. Estarás tu solita, "aguantando" el matrimonio que tanto dudaste llevar a cabo y tantas veces en silencio pensaste arrepentirte.
 
No debemos hacer o dejar de hacer absolutamente nada por "el qué dirán". Cuántas  amigas y amigos infelices habrá en el mundo porque se casaron sólo para que la gente no hable mal de ellas, para que el novio no sufra. ¡Se casaron por lástima! Tal vez por eso hay tantas mujeres y hombres frustrados, tristes, enojados, porque no se querían casar y al fin y al cabo, lo hicieron.
 
Es muy fácil:
¿Te quieres casar? CÁSATE
¿No te quieres casar? NO TE CASES
 
Es sólo tu decisión.
 
                                                                                                       Sinceramente
 
                                                                                                           Mariana