domingo, 20 de septiembre de 2015

Antes de tener hijos

Nuestros hijos son los regalos más hermosos que nos pudo dar la vida, pensamos que no hay manera de amarlos más, pero conforme van creciendo el amor que sentimos por ellos es el más grande que alguien se pueda imaginar. Todo lo hacemos con la finalidad de que sean felices, nos desvivimos por ellos y todo gira a su alrededor. Todos los desvelos son pagados con su sonrisa, cuando sus manitas tocan tu cara parece que estás en el cielo; son lo mejor que nos ha pasado en la vida y volveríamos a repetir la historia una y otra vez, sólo por que existieran ellos.
Todo esto es verdad.
 
Sin embargo, si lo anterior se los decimos así tal cual a nuestros hijos, sobre todo a las niñas, igual que nuestros padres nos lo contaron a nosotros, consciente o inconscientemente su reacción es: ¡Casarse y tener hijos! "Es lo mejor que les ha pasado a mis padres, yo me quiero sentir así."
Les contamos esta historia desde que tienen uso de razón, cómo comprendemos que lleguen con su novio  de 20 años, a decirnos que se quieren casar y los tratemos de persuadir de que no lo hagan y mucho menos de que tengan hijos tan jóvenes, y nos hagan caso, es prácticamente imposible; para borrar esa historia habría que llevar a cabo un procedimiento sicológico o de trabajo inconsciente fuerte,  y tal vez para entonces ya sea demasiado tarde.
 
La mayoría de las mamás, abuelas, maestras y tías les decimos a los adolescentes y jóvenes que "vivan su juventud", que viajen, que trabajen para forjar un mejor futuro del que nosotras les dimos. Pero no les damos argumentos suficientes desde pequeños para saber por qué lo deben de hacer antes de casarse o al menos antes de ser papás.
 
A nuestros hijos nunca, jamás les contamos lo difícil que es criarlos, la cantidad de dinero enorme que cuestan, ¿Cuánto? Todo lo que poseas, eso cuestan los hijos. El cansancio tan grande que causa cuidar un bebé, que ni una semana dormida sería suficiente para reponer la fuerza necesaria para seguir. El que ya no puedes hacer y decidir sólo por ti, tienes que ver sus necesidades antes que las tuyas, los gustos o pasatiempos que quieras tener serán después de sus gustos o pasatiempos, leer un libro, estudiar, arreglarte, salir a una fiesta, ir al salón de belleza,  darte un masaje o simplemente bañarte agusto,  se convierten en "hazañas" para una mamá con hijos pequeños. Ya no puedes viajar cuando quieras, trabajar cada vez se vuelve más complicado, estar a solas con tu pareja ni soñarlo y  la situación económica se vuelve más tensa conforme crecen.
 
El contarles esas cosas a nuestros hijos no hace que los queramos menos, no quiere decir que les va a pasar algo, no tiene por qué hacernos sentir culpables. Más culpables deberíamos sentirnos de que nuestra hija de 18 años muera de ganas por tener un bebé, para comprarle mucha ropita y ponerle ese hermoso sombrero rosa que vio en la tienda.
 
Tenemos que cambiar esa cultura que nos caracteriza de padres, sobre todo, madres sumisas, debemos hacerles tomar conciencia de la responsabilidad tan grande que es tener un bebé, pero antes, mucho antes de que tengan 20 años. Debemos romper mitos y culpas de lo que nos podría pasar si hablamos "mal" de tener hijos. No hablamos mal, sólo decimos la verdad.
 
Los niños de ahora son muy inteligentes y necesitan excelentes argumentos para cambiar de opinión o para tomar decisiones. Ellos piensan más que nosotros a su edad. De todo quieren una explicación, y ¡Así debe ser!
Vamos a darle armas poderosas a nuestros hijos para que ellos decidan su futuro, ellos solos, que no vivan nuestra vida, que todas las creencias sin fundamento que les heredamos no sean la causa de su infelicidad.
 
Vamos a permitirles elegir su futuro, el que a ellos les guste y el que los haga muy felices!
 
                                                                                             Sinceramente
 
                                                                                                 Mariana
 

sábado, 12 de septiembre de 2015

Tú estás mal... y yo estoy bien

En algunas ocasiones  un amigo, amiga, algún familiar o algo que lees o escuchas te hace enojar muchísimo; inmediatamente te pones a la defensiva, tratas de exponer tu punto de vista (contrario, por supuesto), si puedes, inicias una confrontación, te defiendes con todas tus armas y nunca dejarás que te ganen.
¿En qué momento se volvió algo en tu contra? Si en lo que escuchaste o leíste no estaba ni siquiera tu nombre, te apropiaste del comentario y estás completamente segura que no es correcto. No estamos hablando de religión, de política o de un tema de gran controversia, sino de un simple comentario, el cuál para otras personas pasó desapercibido. 
Cuando eso nos pase, podríamos hacer un alto y ver, qué fue lo que nos causó tanto enojo, si observaras paso a paso lo que escuchaste tal vez descubras qué es lo que realmente te molestó. Cuando te des cuenta, lo puedes utilizar a tu favor para poder mejorar y cambiar eso que te lastima o te afecta.
La mayoría de las veces nos cegamos y nos resistimos a ver la realidad, la que está en el fondo de nosotros y sólo enfocando nuestra atención, en el enojo por ejemplo, podemos descubrir de que se trata. A veces no nos gusta que nos digan la verdad, y por eso nos enojamos, lucharemos con todos los argumentos que tengamos a la mano para demostrar que "yo no soy así" y que es mentira lo que están diciendo. Crees que la gente está en contra tuya, cuando tú eres la que está en contra de ti.
No te gusta tu situación vital, pero tampoco haces nada para cambiarla, responsabilizamos a todos menos a nosotras mismas de las cosas que nos pasan. Si tenemos fuerza y coraje (como debe ser), para pelear con los demás, los podríamos tener para luchar contra nuestros "demonios", contra nuestros miedos y nuestras debilidades, que son los que principalmente nos impiden vivir como queremos.
Aceptar tus responsabilidades e independizarte, implica madurar. No tengas miedo, es difícil empezar, sin embargo las recompensas valen la pena.
Cuando llegas a ese estado anhelado de madurez y de vivir en paz, contigo misma y con los demás, no perderás el tiempo tratando de convencer a un desconocido de algo que ni siquiera tiene tanta importancia, no discutirás, simplemente porque tú sabes que tienes la razón y eso te basta, sabes quien eres y lo que vales, conoces lo que haces y lo que no haces y estás consciente de que eres un ser pleno, inteligente y libre.
                                                                                                 Sinceramente
                                                                                                     Mariana  

domingo, 6 de septiembre de 2015

Las "señales secretas" de los hombres

Hasta que no entendamos y abramos los ojos ante las verdaderas "señales" que nos mandan los hombres, no vamos a encontrar una pareja justo como a nosotros nos gusta.
 
Es muy duro escucharlo pero en la mayoría de las ocasiones es la verdad: Sufrimos porque nosotros escogimos mal, decidimos no ver absolutamente nada de la realidad de un hombre, y lo cubrimos solo con lo que nosotros quisimos creer.
 
Conocemos a alguien que podría ser un buen prospecto de pareja, y ahí empieza nuestra creación del "hombre ideal para nosotras". Nos hacemos falsas ilusiones y empezamos a ver atenciones, amabilidad y situaciones románticas donde no las hay. Somos todo, menos objetivas, creemos lo que queremos creer, y vemos cosas inexistentes que se ajustan a nuestras necesidades.
 
-"No me llama porque le gusté tanto que, seguramente quiere una relación en serio y va a pensar muy bien las cosas para no regarla y casarnos pronto."  
 
-Se estuvo toda la noche platicando con sus amigos en la fiesta porque no quería atosigarme con su presencia y el no quería echarlo todo a perder.
 
-Seguro no me habla porque perdió mi número de teléfono o no me habla porque le robaron el celular, o no tiene señal, o tiene mucho trabajo.
 
-Invitó a otra muchacha en lugar de a mí a la cena porque quiere darme celos.
 
-Seguro anda con ella porque lo obliga.
 
-Es que es muy tímido por eso no se atreve a decirme que me ama.
 
-Tiene muchos problemas y su vida es muy difícil por eso no me busca.
 
Y así nos podemos seguir toda la vida, creyendo que nos ama, viendo solo lo que nos conviene ver. La realidad de las cosas es que: ¡LOS HOMBRES NO UTILIZAN NUNCA SEÑALES! No saben hacerlo y no les interesa hacerte pensar algo para hacer algo diferente.
Si le gustas a un hombre, inmediatamente te vas a dar cuenta, así de simple, sin pensar, o adivinar, o descifrar códigos secretos. Si le gustas, te busca, te invita o te llama.
 
Ellos se las ingeniarán, para conseguir tu número de teléfono, si se le pierde el celular, se lo roban, se le rompe, tiene mucho trabajo, tiene que salir de viaje y más cosas, quédate completamente tranquila, porque EL te va a avisar, o te mandará decir con alguien la situación.
 
Si no te escucha ahora, si no te busca, si no eres la persona más importante para él en este momento, menos lo va  ser cuando logres casarte con él.
 
Dejemos de inventar historias de amor donde no las hay. Después en el matrimonio resulta que nada era como pensábamos, ¡Por supuesto! efectivamente nada era así, nada era real. Y ahora.... sobre ellos: Es que no me entiende, es que no soy su prioridad, es que no me ama como yo, es que me trata mal, es que no está junto a mi.
No es a fuerza que alguien te ame. Todo llega a su tiempo y como debe ser, no te desesperes, ámate tu, y sólo espera cosas de ti misma, sueña, fantasea y trabaja en ti.
 
                                                                                                     Sinceramente
                                                                                                         Mariana